Del 17 al 19 de julio se celebró en Roma la primera edición de la MYMC (Mediterranean Youth Mathematical Championship)
en la que participan equipos mixtos (dos chicas y dos chicos) en los tres últimos años de enseñanza preuniversitaria de países los Mediterráneos.
Organizada por prestigiosas instituciones italianas, con la Universidad de Estudios Internacionales de Roma (Luspio) a la cabeza, la MYMC pretende desarrollar el interés por las matemáticas, disciplina que ha sido de gran importancia en el desarrollo cultural de la comunidad mediterránea, así como fomentar la participación de las mujeres en la vida académica y científica y promover las relaciones entre los jóvenes de la zona.
En esta ocasión asistieron siete equipos: Chipre, Eslovenia, España, Italia, Líbano, Marruecos y Palestina.
El equipo español estaba formado por Miguel Barrero Santamaría (1º Bach, Madrid), Gonzalo Cao Labora (4º ESO, Galicia), Inés Franch López (1º Bach, Cataluña) y Nuria Rodríguez Barroso (2º Bach, Andalucía).
La prueba, que se llevó a cabo enteramente el miércoles, tiene dos partes ambas consistentes en resolver problemas de opción múltiple o de respuesta numérica. En la primera, los equipos recibieron diez problemas que resolvieron en 75 minutos. Los problemas eran de una dificultad razonable y todos los equipos pudieron resolver algunos de ellos. Tras la corrección de esta fase, los equipos se emparejaban por puntuación (el primero con el segundo, el tercero con el cuarto, etc.) para competir entre sí. Cada equipo recibió dos problemas y, tras 4 minutos, debía quedarse con uno y enviar el otro al adversario. Después disponían de media hora para resolver los dos problemas (el elegido por ellos y el enviado por el equipo contrario).
Al ser un número impar de grupos, en esta primera ronda un equipo se quedó fuera y compitió en una segunda ronda con otro equipo elegido al azar.
En la tercera ronda los seis equipos que solo habían competido una vez se enfrentaron por parejas elegidas aleatoriamente.
Nuestro equipo quedó segundo en la primera etapa y debió enfrentarse a Italia que había quedado en primero lugar. Eligieron acertadamente el problema que enviaron a los italianos y consiguieron vencerlos, situándose en la primera posición. Pero en la tercera ronda la suerte les jugó una mala pasada y tuvieron que enfrentarse a Eslovenia, que estaba en tercera posición. Aunque empataron, Italia venció a su rival y quedó primero.
La prueba fue de lo más emocionante hasta el último momento. En palabras de Inés: “el innovador formato de la competición introduce el elemento del azar, con lo cual uno debe asumir que no tiene el control absoluto sobre los resultados" como así ocurrió.
Inés valora además que "el hecho de trabajar en equipo es muy positivo ya que permite aligerar la resolución y comprobar resultados en un tiempo mucho menor. La cooperación entre los miembros del equipo es crucial para el éxito".
En próximo año la competición se celebrará en el Centro internacional de física teórica de Trieste. Agradecemos a los organizadores su esmero y el magnífico trato recibido y confiamos en que la iniciativa tenga una larga vida.
En esta ocasión asistieron siete equipos: Chipre, Eslovenia, España, Italia, Líbano, Marruecos y Palestina.
El equipo español estaba formado por Miguel Barrero Santamaría (1º Bach, Madrid), Gonzalo Cao Labora (4º ESO, Galicia), Inés Franch López (1º Bach, Cataluña) y Nuria Rodríguez Barroso (2º Bach, Andalucía).
La prueba, que se llevó a cabo enteramente el miércoles, tiene dos partes ambas consistentes en resolver problemas de opción múltiple o de respuesta numérica. En la primera, los equipos recibieron diez problemas que resolvieron en 75 minutos. Los problemas eran de una dificultad razonable y todos los equipos pudieron resolver algunos de ellos. Tras la corrección de esta fase, los equipos se emparejaban por puntuación (el primero con el segundo, el tercero con el cuarto, etc.) para competir entre sí. Cada equipo recibió dos problemas y, tras 4 minutos, debía quedarse con uno y enviar el otro al adversario. Después disponían de media hora para resolver los dos problemas (el elegido por ellos y el enviado por el equipo contrario).
Al ser un número impar de grupos, en esta primera ronda un equipo se quedó fuera y compitió en una segunda ronda con otro equipo elegido al azar.
En la tercera ronda los seis equipos que solo habían competido una vez se enfrentaron por parejas elegidas aleatoriamente.
Nuestro equipo quedó segundo en la primera etapa y debió enfrentarse a Italia que había quedado en primero lugar. Eligieron acertadamente el problema que enviaron a los italianos y consiguieron vencerlos, situándose en la primera posición. Pero en la tercera ronda la suerte les jugó una mala pasada y tuvieron que enfrentarse a Eslovenia, que estaba en tercera posición. Aunque empataron, Italia venció a su rival y quedó primero.
La prueba fue de lo más emocionante hasta el último momento. En palabras de Inés: “el innovador formato de la competición introduce el elemento del azar, con lo cual uno debe asumir que no tiene el control absoluto sobre los resultados" como así ocurrió.
Inés valora además que "el hecho de trabajar en equipo es muy positivo ya que permite aligerar la resolución y comprobar resultados en un tiempo mucho menor. La cooperación entre los miembros del equipo es crucial para el éxito".
En próximo año la competición se celebrará en el Centro internacional de física teórica de Trieste. Agradecemos a los organizadores su esmero y el magnífico trato recibido y confiamos en que la iniciativa tenga una larga vida.