Hasta la fecha, las instituciones académicas con las que la RSME ha suscrito estos acuerdos han sido, por orden cronológico, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la Universidad de la Rioja, la Universidad de Cádiz, la Universidad de Málaga, la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad de Zaragoza, la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad de La Laguna, la Universidad Internacional de Andalucía, la Universidad de Santiago de Compostela, la Universidad de Valladolid, la Universidad de Cantabria, la Universidad Antonio de Nebrija, la Universidad Jaume I de Castellón, la Universidad de Almería, la Universidad de Salamanca, la Universidad de Sevilla y la Universidad de Granada. Está prevista la firma de convenios con el resto de las universidades en las que se imparten titulaciones de Matemáticas en sus diferentes niveles (grado y máster).
La RSME considera imprescindible la coordinación con las universidades para avanzar en los desafíos culturales, científicos y académicos. Los diferentes convenios alcanzados inciden en cuatro ejes fundamentales, como son la puesta en marcha de programas de investigación, desarrollo tecnológico e innovación; la promoción de cursos, jornadas, seminarios o conferencias; el intercambio de ideas e iniciativas, y la organización de concursos para premiar los mejores trabajos de Fin de Grado o Máster.
El convenio suscrito con la Universidad de Salamanca tiene un significado especial ya que, con motivo de la celebración de su octavo centenario en 2018, ha permitido organizar otras actividades paralelas como la celebración del acto central del Día Pi, el próximo 14 de marzo, o la exposición “Mind the Graph”, que entre los meses de mayo y julio ofrecerá una visión lúdica de las matemáticas en la vida cotidiana.
El presidente de la RSME, Francisco Marcellán, ha destacado que “nuestra sociedad científica entiende como una cuestión básica e irrenunciable la colaboración con universidades, instituciones y organizaciones que trabajan por la ciencia y las matemáticas, en particular, y que son conscientes de su importancia como motor del desarrollo socioeconómico y el bienestar social”.
Además, entiende como una necesidad inapelable la adopción de medidas para favorecer el mejor desempeño académico de los estudiantes de matemáticas, apoyar el trabajo y el esfuerzo personal y promover su continuidad en los estudios de posgrado y doctorado. De esta forma se podrá “garantizar el relevo de una generación matemática realmente brillante y que ha conseguido proyectar la disciplina hasta las cotas más altas en el marco internacional”. “Es necesario establecer las bases y promover políticas de atracción y consolidación profesional en universidades e institutos de investigación de nuestro país para que jóvenes que tienen vocación, potencial e inquietud puedan recoger el testigo para mantener y superar estas posiciones de liderazgo”, añade.