Como dicen desde la organización, se necesitan más voces femeninas en las esferas públicas. Demasiado a menudo, artículos en periódicos, charlas en congresos, y comités están llenos de un número desproporcionado de voces masculinas. Las noticias en los medios de comunicación son contadas por más hombres que mujeres, y este desequilibrio se refleja en el bajo número de mujeres que son citadas en los artículos sobre ciencia, a no ser que los periodistas hagan un esfuerzo expreso para ello. La mayoría de conferenciantes plenarios en congresos son hombres. Los debates y las mesas redondas están muy habitualmente compuestas de solo hombres: manels en inglés (de man + panels). Estas desproporciones refuerzan la percepción errónea de que las ciencias están obsoletas y son insulsas y masculinas (stale, pale and male). Aunque las mujeres forman una buena parte de la comunidad científica y conforman la mitad de la población, las voces de las mujeres han sido históricamente reprimidas o completamente ignoradas en espacios públicos. Este fenómeno, finalmente, niega oportunidades de liderazgo a las mujeres en ciencias.
Un ejemplo de esta situación descrita puede encontrarse en la reciente colección de Le Monde titulada Los Genios de las Matemáticas, compuesta exclusivamente por hombres y ocultando la presencia femenina de por ejemplo las brillantes Maryam Mirzakhani, medalla Fields, o Claire Voisin, medallista de oro del Centre National de la Recherche Scientifique (Francia).