El pasado viernes 19 de octubre falleció Joaquín Hernández Gómez (Fuente del Arco, Badajoz, 1953 – Madrid, 2018), delegado de la Olimpiada Matemática en la Comunidad de Madrid y miembro de la RSME.
Desde la RSME queremos expresar nuestras condolencias a la familia y amigos de Joaquín.
Sus compañeros le dedican esta nota:
Amigo, Compañero, Maestro y Matemático, títulos todos en mayúsculas porque cualquiera de ellos pudiera competir por el primer puesto. Joaquín era hijo de maestros y, como él mismo recordaba a menudo, ya con doce años repetía sin cesar que quería ser profesor de matemáticas. Estudió los primeros cursos de la licenciatura de Matemáticas en la Universidad de Sevilla y terminó sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid. Cumplió su sueño, se hizo profesor de instituto y pasó por varios centros de diferentes comunidades. En todos dejó su impronta, montando fuera de horario sus talleres de matemáticas. Al final tuvo claro que en una ciudad con universidad tendría más posibilidades de llevar a cabo los muchos proyectos educativos que le rondaban por la cabeza, y en Madrid tenía ya sus contactos. Llegó primero a Coslada y, al final, aterrizó para quedarse —24 años— en el Instituto San Juan Bautista de la capital, donde acabó siendo un reclamo para los alumnos con un interés especial por las matemáticas, sin por ello descuidar nunca al resto de estudiantes.
Convirtió su pasión por las matemáticas en su oficio y eso hizo que se transformara en todo un referente. Delegado en la actualidad de la Olimpiada Matemática en la Comunidad de Madrid, Joaquín ha ayudado a muchos estudiantes a preparar su participación en la OME; ha sido asimismo colaborador y, últimamente, principal responsable del Concurso Puig Adam (su venerado don Pedro fue sin saberlo su abuelo político); fue también uno de los fundadores del Concurso de Primavera y creador del Concurso Intercentros; profesor asociado en la Facultad de Matemáticas de la UCM; profesor del Máster de Formación del Profesorado en Matemáticas, y uno de los profesores pioneros del Proyecto ESTALMAT, entre otras cosas.
Joaquín ha sido, sin duda, un modelo del eslabón requerido en la transición entre la enseñanza secundaria y la universitaria. El pasado mes de junio, y como reconocimiento a su trayectoria profesional, Joaquín recogió el premio Smartick a la mejor historia docente. Lo hizo en un acto entrañable, rodeado del cariño de su familia, de sus alumnos y de sus amigos y colegas. Los mismos que hoy le lloramos, sabedores de lo difícil que será llenar el hueco que nos deja.