Comenzamos este número enlazando con el final del anterior, que se refería a la sesión especial sobre historia de las matemáticas celebrada durante los días 7 y 8 de febrero en el Congreso Bienal de la RSME, con la organización del Grupo de Historia de las Matemáticas de la RSME.
Entre las dieciocho comunicaciones previstas, había una dedicada a la presentación de la obra Historia de las Matemáticas en España (Editorial Arpegio, 2017) por parte del autor, Carlos Dorce (Universitat de Barcelona). La obra consta de dos volúmenes: el primero comprende la Historia desde Al-Andalus al siglo XVII, mientras que el segundo va desde Novatores al siglo XX. Del prólogo escrito para esta obra por Luis Español hemos extraído este párrafo: “No hay en el libro un capítulo inicial sobre el periodo prerromano, romano y visigodo, durante el cual las matemáticas tienen menores signos distintivos y están más inmersas en el saber general, pero el autor realiza un vaivén cronológico al inicio del capítulo segundo para recuperar al menos a Isidoro de Sevilla. Ese capítulo ausente de la obra de Dorce puede buscarse en el libro de M.ª Victoria Veguín- Historia de las Matemáticas en la Península Ibérica. Desde la prehistoria hasta el siglo XV (Editorial Reverté, 2011). Otra ausencia, ocasionada por la selección temática más centrada en la matemática pura que en los temas aplicados, como es el de las tablas astronómicas, es la del judío salmantino Abrahan Zacut, que es continuador de la tradición alfonsina pero pertenece al siglo XV, cuando ganan el protagonismo las aritméticas. También para esta ausencia tenemos alternativa, esta vez en la obra de José M. Cobos Un astrónomo en la Academia Renacentista del Maestre de Alcántara Fray Juan de Zúñiga y Pimentel: Abraham Zacut (Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, 2001)”.
Tras la intervención de Dorce en la sesión especial, se produjo un animado coloquio sobre el estado del conocimiento histórico de la matemática española y la necesidad de acrecentarlo mediante una asignación colectiva de prioridades de investigación para el futuro inmediato. Se plantearon iniciativas para trabajar en esta dirección.
Hay que resaltar que en el libro citado de Veguín, autora que participó en la sesión especial de Santander, se hacen continuas referencias a la península ibérica y, por otra parte, el renacentista Zacut estudiado por Cobos también actuó por tierras portuguesas, de modo que en el coloquio tuvo eco lo dicho en otro de los párrafos del prólogo antes citado: “Al considerar las matemáticas en la Antigüedad, Al-Andalus, Renacimiento y más allá, se observa que son españolas y portuguesas. Las investigaciones que se realizan en los dos países sobre las aritméticas y álgebras renacentistas, sobre las matemáticas para la náutica y también sobre temas contemporáneos son muy paralelas; las historias matemáticas de España y Portugal transcurren muy próximas, hasta el punto de que una historia de las matemáticas en Iberia es posible”.
Después de lo escuchado en el coloquio, podemos añadir incluso que es deseable; de hecho, se sondearon iniciativas para continuar estrechando la colaboración con los historiadores de la matemática portugueses, algo que ya se ha llevado a cabo por medio de dos Encuentros Ibéricos de Historia de las Matemáticas, el primero celebrado en Santiago de Compostela en el año 2013 y el segundo en Coimbra tres años después. En otoño de este año es muy probable que se celebre la tercera edición.