La MAA (Mathematical Association of America) y la AMS (American Mathematical Society) han publicado recientemente el libro Living Proof: Stories of Resilience Along the Mathematical Journey. Es una colección de vivencias para inspirar a quienes luchan y sufren con el estudio y la investigación en matemáticas.
En esta reseña hacemos un breve resumen de algunos puntos que tocan a las mujeres matemáticas. El prólogo empieza recordando a aquella muñeca Barbie parlante que decía “Math class is tough” (“la clase de mates es difícil”), y más adelante habla de dañinos estereotipos, sobre todo para grupos que no están suficientemente representados en la comunidad matemática, como las mujeres, gente de distintas razas, gente con diversidad funcional… De entre las muchas historias de lucha, decepción, exclusión, solidaridad y optimismo, destacamos varias: una doctora en matemáticas y madre soltera que consiguió su doctorado con el apoyo de una red de mujeres matemáticas; una profesora trans que tuvo que lidiar con las dificultades sociales por su propia identidad, además de con las matemáticas (“me han contado bromas sexistas, homófobas y tránsfobas, y soy muy consciente de que (casi) todas se me ocultan ahora que he salido”, “hay una cierta camaradería profesional con hombres cis heterosexuales que no se nos permite al resto”); una criptógrafa que cuenta la discriminación que sufrió como estudiante en Harvard y Cambridge; una profesora de origen mexicano que sufre interacciones negativas por parte de sus estudiantes masculinos blancos, y muchos otros relatos personales que pueden servir a estudiantes que encuentran dificultades de índole matemática y no matemática, pero también al profesorado que quiere entender mejor algunos de los problemas a los que se enfrentan aquellas personas de su entorno.