La RSME ha concedido el Premio José Luis Rubio de Francia 2019 a Joaquim Serra Montolí (Barcelona, 1986), doctor por la Universitat Politècnica de Catalunya (2014) y actualmente investigador en la ETH de Zurich tras obtener el prestigioso “Ambizione Fellowship” de la Swiss National Foundation (SNF). Colaborador, entre otros, del matemático italiano Alessio Figalli (medalla Fields 2018), Serra se ha hecho merecedor de este premio dirigido a jóvenes investigadores españoles, o que hayan realizado su trabajo en España, con el que la RSME trata de estimular la labor científica y reconocer la relevancia de las aportaciones matemáticas. En su caso se han valorado especialmente sus contribuciones en las áreas de regularidad para ecuaciones no locales; problemas de transición de fase no local y superficies minimales, y regularidad para problemas de obstáculos, que han contribuido de manera importante a innovar en su área de investigación.
Con una brillante trayectoria matemática, Joaquim Serra consiguió el primer puesto en la Olimpiada Matemática Española (2004), a la que llegó después de que su profesora le ayudará a encontrar sentido a las matemáticas “más allá de cálculos tediosos”. Más interesado al principio por la física, “ella me alentó a ir a las clases abiertas a los estudiantes de Secundaria que semanalmente se ofrecían en la Universitat Politècnica de Catalunya. Allí se explicaban matemáticas de verdad, muy parecidas a lo que hacemos los profesionales”, recuerda.
En la actualidad, Joaquim Serra investiga en derivadas parciales elípticas y parabólicas. “La ciencia moderna codifica las «leyes naturales» que gobiernan varios fenómenos físicos, biológicos o económicos, por ejemplo, en fórmulas o ecuaciones. En muchas de ellas, las magnitudes de interés varían en el espacio y en el tiempo. La temperatura, la presión atmosférica o la densidad de coches en las calles de una ciudad dependen de dónde y cuándo se miden”, explica. En este tipo de fenómenos, “lo que pasará en el punto en que me encuentro dentro de 20 segundos depende de lo que está pasando ahora, no solo en este punto sino en todos los de su alrededor. Este tipo de leyes son las ecuaciones en derivadas parciales. Lo de «elípticas y parabólicas» básicamente tiene que ver con que en el punto en que me encuentro, dentro de 20 segundos, las cosas tenderán a parecerse al «promedio» de lo que está pasando a mi alrededor. Muchísimos fenómenos cumplen esto”.
Más concretamente, Serra ha estudiado modelos de interfaces relacionadas con diversos procesos físicos en los que se forman superficies que se comportan de forma muy parecida a las películas de jabón; problemas de frontera libre, como el de Stefan, que consiste en comprender la evolución de un bloque de hielo que se funde en el agua, y ecuaciones integro- diferenciales, que modelan ciertos fenómenos, como los valores de bolsa, en los que las cosas pueden cambiar de forma brusca o repentina.
Joaquim Serra considera “un poco ingenuo” hablar de posibles aplicaciones de la investigación fundamental en matemáticas, como demuestra a su juicio la historia: “Cómo podía imaginar Lagrange cuando, en el siglo XVII, escribió por primera vez la ecuación que describía las películas jabonosas con las que había experimentado Plateau, que en el XX se descubriría que esta ecuación estaba conectada con modelos de aleaciones metálicas, fluidos binarios, cristales líquidos o superconductividad. O que el estudio de aquellas películas de jabón resultaría fundamental en el XXI para demostrar teóricamente la posibilidad de la anti-gravitación, de acuerdo con la relatividad general de Einstein”, se pregunta.
Además de Mariona Petit y el profesor Josep Grané, aquellos que en secundaria le ayudaron a descubrir su pasión por las matemáticas, el nuevo premio José Luis Rubio de Francia considera a Xavier Cabré, su director de tesis en Barcelona, y a Alessio Figalli como mentores imprescindibles. “De ellos he aprendido cómo se hace la matemática al máximo nivel”. “El matemático gironés Lluís Santaló, a quien no conocí pero sí su obra, y el matemático argentino Luis Caffarelli, con quien he tenido la oportunidad de hablar en varias ocasiones, han sido y son importantísimos referentes”, puntualiza.
El Premio José Luis Rubio de Francia, que la RSME concede cada año desde 2004 a jóvenes investigadores, cuenta con el patrocinio de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Zaragoza. Dotado con 3000 euros, desde 2016 este galardón conlleva además una “start-up grant” por la que la Fundación BBVA apoya con 35 000 euros la investigación del premiado en los siguientes tres años.