Esta semana en la sección Mujeres y Matemáticas queremos daros a conocer un artículo de los investigadores Nagore Iriberri (Euskal Herriko Unibertsitatea e Ikerbasque) y Pedro Rey-Biel (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas Business School) titulado “Competitive pressure widens the gender gap in performance: Evidence from a two-stage competition in Mathematics”. El trabajo de estos economistas se encuadra dentro del área de la economía del comportamiento y su motivación es estudiar las diferencias de género para explicar las desigualdades que se observan en el mercado laboral, tanto las desigualdades salariales como la poca presencia de las mujeres en los puestos de más responsabilidad. La idea es que el mercado laboral es intrínsecamente competitivo, especialmente en el ámbito de las grandes empresas muy jerarquizadas. Por tanto, el estudio sobre cómo chicos y chicas responden ante situaciones competitivas puede ser un factor que ayude a entender, en parte, estas diferencias.
Para su estudio, los autores recogieron los datos del Concurso de Primavera de Matemáticas convocado por la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid del año 2014. Se trata de un concurso de matemáticas en dos etapas para alumnos de edades comprendidas entre los 10 y los 16 años. Los estudiantes, separados por edad, compiten por pasar de la primera a la segunda fase y después por estar entre los ganadores. Cada fase del concurso consta de 25 cuestiones tipo test que deben ser contestadas en 90 minutos con la particularidad de que las preguntas no contestadas puntúan de manera diferente a las contestadas erróneamente y donde en la segunda fase las preguntas son más difíciles. De los 40.000 estudiantes que participaron solo 2 800 pasaron a la segunda fase y de éstos 146 fueron seleccionados al final.
Los resultados son reveladores. Aunque las notas en matemáticas de los chicos y chicas participantes son similares (con ligera ventaja para las chicas), los chicos obtienen mejores resultados en ambas fases del concurso, además, la diferencia aumenta en la segunda etapa del concurso en la que la presión es mayor. Más específicamente, aunque el 44 % de los participantes iniciales son chicas, solo el 34 % de los que acceden a la segunda fase y el 13 % de los ganadores son chicas. Restringiendose a los participantes en las dos etapas del concurso se tiene que la distancia en los resultados es de 4.9 puntos en la primera fase y de 7.2 puntos en la segunda a favor de los chicos. Es interesante resaltar que esta diferencia no se debe a que las chicas cometen más errores sino a que dejan más cuestiones sin responder, sobre todo en la segunda fase del concurso.
Los autores apuntan que las razones para estos resultados no están claras y serían objeto de otro trabajo de investigación. Podrían estudiarse factores como la motivación, la confianza en uno mismo, la preparación del concurso o el estímulo por parte de los padres y profesores. En cualquier caso, es claro que esta diferencia tendría que tenerse en cuenta a la hora de diseñar concursos como las Olimpiadas Matemáticas o exámenes como las Pruebas de Acceso a la Universidad. Para finalizar os recomendamos la siguiente entrevista en la que la propia Nagore Iriberri explica estos resultados.