En la entrada anterior de esta sección recordábamos la convocatoria de la tercera edición del Encuentro Ibérico de Historia de la Matemática que iba a tener lugar en la Universidad de Sevilla a finales de septiembre. Este encuentro entre historiadores de la matemática españoles y portugueses se celebró como estaba anunciado, y con gran éxito, del jueves 26 al sábado 28 de septiembre, en las sedes del Instituto de Matemáticas Antonio de Castro Brzezicki y de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla.
Cada uno de los intervinientes expuso un tema de su libre elección según sus proyectos de investigación en curso. Llamaron especialmente la atención las intervenciones de varios investigadores, de uno u otro país, que versaron sobre aspectos de las ciencias náuticas en torno al hecho de la circunnavegación de La Tierra, hazaña ibérica que andamos conmemorando.
Otro asunto de celebración en el presente año es el centenario de la primera “refundación” de la Sociedad Matemática Española en 1919. Hablamos, claro está, de la RSME, que no fue “Real” hasta 1929.
Fundada en 1911, seis años después sufrió una crisis notable que llevó al cese de la publicación de su revista y a la paralización de la organización y de las actividades societarias. Los protagonistas estelares de la refundación, además de todos los socios que deseaban que esto sucediera, fueron dos matemáticos de estirpe universitaria zaragozana, el navarro Zoel García de Galdeano y el riojano Julio Rey Pastor. El primero, presidente de la RSME entre los años 1916 y 1920, era catedrático recién jubilado en la Universidad de Zaragoza, en la que había sido profesor del segundo, que por entonces era un joven catedrático llegado con mucho empuje a la Universidad Central de Madrid el curso 1914-15 y recién regresado de un estancia estelar en la Universidad de Buenos Aires durante el curso 1917-18, invitado por la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) y por la Asociación Cultural Español de la capital argentina.
La refundación significó que la RSME se puso de nuevo en marcha con unos estatutos renovados y el reinicio de sus actividades, destacando la reanudación de la Revista de la Sociedad Matemática Española, que había existido entre los años 1911 y 1917, pero reabrió con el nuevo nombre de Revista Matemática Hispano-Americana. Este título surgió de la reciente experiencia argentina de Rey Pastor y se orientaba hacia la colaboración futura entre los matemáticos españoles, portugueses y latinoamericanos. Se formalizó un Consejo de Patronato de la nueva revista en el que tuvieron un representante España, Portugal, Argentina, Chile, Perú y Uruguay, pero que tuvo escasa duración. Zoel, como miembro español del Consejo de Patronato, colaboró publicando como anexo de la misma un Boletín que financiaba a su costa, duró poco porque el catedrático jubilado tenía más voluntad que recursos, sus libros no se vendían bien.
Por su parte, Rey Pastor, que ya ganaba dinero extra con Elementos de Análisis Algebraico (apuntes desde 1915 y libro desde 1917), tuvo protagonismo económico al responsabilizarse de enjugar los déficits que la RSME pudiera tener. Se cubrió las espaldas asegurándose de una adecuada gestión de los gastos, poniendo a su hermano José como administrador de la sociedad y de su revista.
Se inició así, no sin dificultades, una etapa expansiva de la RSME y de su revista, encauzada a través del Laboratorio y Seminario Matemático de la JAE, con un creciente nivel investigador y abundantes relaciones internacionales europeas y americanas. Esta situación, enmarcada en la Edad de Plata española, duró hasta que la sublevación militar de 1936, la guerra civil que siguió hasta 1939 y la represiva y cruel posguerra significaron el “atroz desmoche” de la cultura y la ciencia españolas por el franquismo.