Debido a la pandemia COVID-19, muchos congresos se han cancelado, pospuesto o virtualizado. Sin embargo, antes de esto, muchas personas, en especial mujeres jóvenes, ya padecían numerosas dificultades para poder acudir a eventos científicos. De hecho, en muchos casos, tenían que renunciar a asistir porque, en su inmensa mayoría, los congresos no son family-friendly.
Los embarazos, lactancia o ser las cuidadoras principales tanto de pequeños como de mayores suponen un impedimento para poder viajar a congresos, lo cual repercute en la carrera académica.
Las organizaciones de algunos eventos están empezando a proponer soluciones para facilitar la conciliación de la vida personal y profesional. Una de estas medidas se basa en ofrecer cuidados para niños y bebés por profesionales en el lugar de celebración del congreso, junto con becas para que puedan viajar los niños. Otras ofrecen becas para que pueda viajar otra persona cuidadora para estar con los bebés o niños con necesidades especiales, por ejemplo, y permiten el acceso a estos acompañantes. Pero no sólo es importante la parte financiera, sino también la logística. Es importante que se pueda contar con una sala de lactancia o un lugar apropiado para poder cambiar un pañal y para alojarse en familia. Otra de las medidas consiste en establecer un grupo de soporte para cuidadores para que puedan compartir sus preocupaciones.
Estas medidas pueden ir bien para algunas personas y no tan bien para otras, por eso consideramos primordial que se adapten a las necesidades de las personas asistentes, y así que puedan ayudar en la eliminación de obstáculos, por ejemplo, estableciendo un comité en el congreso dedicado a hacerlo inclusivo.
Aunque se han comentado previamente, las barreras debidas a la maternidad y cuidados no son las únicas, y se deben tener en consideración otros obstáculos, como pueden ser los debidos a una discapacidad o la criminalización de la homosexualidad, que está penalizada en el 40 % de los países.
Con todo, en muchas ocasiones, los viajes se hacen imposibles. Pensemos, por ejemplo, en restricciones en los viajes por el embarazo. Sin embargo, hoy en día existe la opción de la virtualidad. Hay congresos en otras áreas que combinan la modalidad presencial con la virtual. Y, por supuesto, algunos son completamente virtuales a tiempo real y a tiempo no-real. Estos últimos son fácilmente implementables.
En la actualidad, debido a la pandemia, algunos congresos presenciales han pasado a ser en línea. Esta podría ser una oportunidad para hacerlos más inclusivos, no solo para las mujeres, sino también para personas que no pueden costearse altas inscripciones y viajes, ya que, de esta forma, su participación sería asequible. Además, esto podría hacer aumentar la participación de personas de países con escasos recursos. Asimismo, la alternativa de la virtualidad podría ser más beneficiosa para reducir el calentamiento global y hacer una conferencia más sostenible desde el punto de vista del impacto medioambiental.