Desde 2019, el 12 de mayo se celebra el Día de las Mujeres Matemáticas. Conmemora el nacimiento de Maryam Mirzakhani, que en 2014 ganó la Medalla Fields. En los 85 años que se lleva concediendo esta medalla, ha sido la única mujer en recibirla.
Mirzakhani investigó en Harvard, Princeton y Stanford y en el Clay Mathematics Institute, y trabajó en los campos de la geometría hiperbólica, la teoría ergódica y la geometría simpléctica. Su brillante carrera, sin embargo, es una excepción en el mundo de las matemáticas: sólo una mujer, Karen Uhlenbeck, ha ganado un premio de fama comparable, el Premio Abel. Es tendencia general que las mujeres en matemáticas sean minoría, más aún minoría de catedráticas, e incluso desproporcionadamente minoritarias en el caso de las conferenciantes plenarias en congresos. Multitud de estadísticas confirman que la investigación en matemáticas está dominada por hombres.
Las consecuencias de esta disparidad son graves: no es ya la injusticia que supone la minusvaloración de unas personas frente a otras, sino la pérdida de talento que esto produce. Además, algunos estudios muestran que la diversidad ayuda en la resolución de problemas en equipo. Por todo esto debemos trabajar para que la comunidad investigadora sea más equilibrada.
El 12 de mayo nace precisamente para paliar esta situación, animando a la comunidad matemática a promover iniciativas que giren en torno a las mujeres matemáticas. Desde la Comisión de Mujeres y Matemáticas hemos organizado varias actividades para celebrar este día (dos juegos de escape y una mesa redonda, todo virtual).
Los juegos de escape, disponibles en castellano, catalán, gallego e inglés, están especialmente pensadas para estudiantes de primaria y secundaria, y están patrocinadas por el Departamento de Matemáticas y el Grado en Matemática Computacional de la Escuela Superior de Tecnología y Ciencias Experimentales de la Universitat Jaume I de Castellón. Además de acercar las matemáticas a la infancia y adolescencia de forma divertida, pretenden dar visibilidad a mujeres que, a pesar de sus éxitos, han sido olvidadas en la historia. La visibilidad es crucial para mitigar los efectos del estereotipo de matemático hombre que se ha creado a lo largo de los siglos. Este estereotipo provoca que, a igualdad de méritos, éstos no siempre sean igualmente reconocidos a las mujeres que a los hombres debido a los sesgos implícitos que se dan en todas las personas (también en las mujeres). Es más, en contextos donde el estereotipo domina, las mujeres llegan a ser menos capaces de demostrar sus capacidades que los hombres: es lo que se conoce como la amenaza del estereotipo. Aumentar los referentes también elimina el sentimiento de rechazo en favor de uno de pertenencia de las niñas y las jóvenes a la comunidad matemática.
La mesa redonda se organiza en colaboración con WOMAT (Women in Maths), y consiste en una serie de vídeos (que se lanzarán el 12 de mayo en YouTube) donde veintitrés investigadoras responderán a las preguntas que nos lleguen por redes sociales y correo electrónico. Se pretende animar a estudiantes de matemáticas, en particular mujeres, a que vean la investigación como algo cercano, mostrando el lado más humano del personal investigador en matemáticas. Y es que, si los éxitos de las mujeres matemáticas se valoran menos que los de los hombres, a su vez los pocos referentes femeninos que hay en investigación se ven limitados a los casos de mayor éxito. Esto refuerza la falta de sentimiento de pertenencia, y desalienta a aquellas que reciben el mensaje implícito de que para ser mujer matemática hay que estar a la altura de Mirzakhani. Se crea así un círculo vicioso: cuantas menos mujeres investigadoras hay en la comunidad matemática, más difícil lo tienen las jóvenes para acceder a esta comunidad. Con estos vídeos, las investigadoras servirán de referentes alcanzables para otras mujeres y en especial las más jóvenes.
Además, el día 12 podría haber más sorpresas de última hora. Desde la Comisión de Mujeres y Matemáticas animamos a participar en estas iniciativas y a difundirlas dentro y fuera de la comunidad matemática. Así estaremos cultivando una comunidad más justa y diversa que sepa aprovechar el talento de todas las personas que la componen independientemente de su género.