La ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, mantuvieron el pasado 28 de mayo una reunión por videoconferencia con el presidente del Comité Español de Matemáticas, Alfonso Gordaliza; el presidente de la RSME, Francisco Marcellán; el presidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, Onofre Monzó, y el presidente de la sección de Ciencias Exactas de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, José Bonet. Al encuentro también asistió Manuel de León como invitado y como miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
La reunión respondió a la preocupación de la comunidad matemática y otras 26 entidades científicas, académicas y profesionales por la pérdida de la condición de obligatorias de las asignaturas de Matemáticas en el Bachillerato en el proyecto de LOMLOE, una decisión que los responsables del Ministerio atribuyeron a una cuestión de técnica jurídica y ante la que reafirmaron su intención de regular la materia en un posterior Real Decreto.
Los representantes de la comunidad matemática expusieron las recomendaciones internacionales sobre la necesaria competencia y alfabetización matemática y estadística para el conjunto de la sociedad, para el empleo y para una verdadera ciudadanía en un mundo complejo. Además de recordar el carácter obligatorio generalizado de las matemáticas en los bachilleratos de los países de nuestro entorno, mostraron las dificultades que tendría llevar a cabo el propósito de regular la obligatoriedad en los reales decretos, ya que podrían entrar en conflicto con el articulado actual, pues el artículo 34 establece que “Los alumnos y alumnas podrán elegir entre la totalidad de las materias de modalidad establecidas” y, además, la ley señala que en el establecimiento de la estructura de las modalidades intervienen ya las comunidades autónomas. Por todo ello, se mostró el deseo de que las Matemáticas aparezcan entre las materias comunes.
Celaá y Tiana reiteraron los argumentos sobre la dificultad para contemplar las Matemáticas en las materias comunes, al considerar necesarias unas matemáticas distintas según las modalidades, y señalaron que los estudios universitarios son muy abiertos en cuanto al acceso y la organización de los grados, por lo que no se puede encorsetar el Bachillerato. Así las cosas, sugirieron la posibilidad de hacer una mención a la importancia de la formación en matemáticas en la exposición de motivos de la ley.
Sin embargo, la comunidad matemática insiste en la necesidad de que el reconocimiento sea más explícito y se busquen fórmulas para que aparezca de manera más precisa en el articulado de la ley, ya sea mediante la inclusión de las Matemáticas entre las materias comunes o a través de una declaración explícita de su importancia con carácter transversal a todas las modalidades, convenientemente contextualizadas, después de hablar de las materias comunes, en el propio artículo 34.