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La joven leonesa, que el año pasado fue una de las galardonadas en los Premios Vicent Caselles RSME-FBBVA, se convierte en la segunda mujer en recibir este prestigioso reconocimiento creado en 2004
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“Premios de este tipo suponen un gran impulso en la carrera de los jóvenes que, a menudo, nos enfrentamos con condiciones laborales que desperdician el talento”, asegura
La Real Sociedad Matemática Española ha concedido el Premio José Luis Rubio de Francia 2019 a la investigadora María Ángeles García Ferrero. La joven leonesa (1991) se convierte en la segunda mujer en obtener este prestigioso galardón, dirigido a investigadores de hasta 32 años, españoles o que hayan realizado su trabajo en España, y con el que desde 2004 la RSME trata de reconocer y estimular la labor científica y las aportaciones de relevancia en el campo de las matemáticas. La primera fue María Pe Pereira en el año 2012.
María Ángeles García Ferrero, quien el año pasado también recibió uno de los Premios Vicent Caselles RSME-FBBVA, ha sido elegida por unanimidad entre un total de ocho candidaturas presentadas (seis hombres y dos mujeres). El jurado ha destacado su trabajo en el campo de las ecuaciones en derivadas parciales y, en concreto, su teoría de aproximación global para la ecuación del calor y su aplicación al estudio de puntos calientes y superficies isotermas, desarrollada con los investigadores del ICMAT Alberto Enciso y Daniel Peralta.
TRABAJA EN ALEMANIA
Licenciada en Ciencias Físicas en la Universidad de Valladolid, García Ferrero se doctoró en Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid y obtuvo una plaza de investigación postdoctoral en el Instituto Max Planck para las Matemáticas en las Ciencias Naturales de Leipzig, en Alemania, país en el que recientemente se ha incorporado al Instituto de Matemática Aplicada de la Universidad de Heidelberg.
“Es un honor recibir este reconocimiento, por ser otorgado por la comunidad matemática y también por las personas que lo han recibido anteriormente. Supone un gran estímulo para seguir trabajando y un refrendo externo frente a las inseguridades internas”, asegura la joven premiada, para quien “ser la segunda mujer en recibirlo es también señal de que somos menos en los centros de investigación”. Referentes como María Pe y otras compañeras, resalta en este sentido, “son escasos pero contundentes. Si con este reconocimiento se visibiliza también nuestra presencia, será estupendo”.
María Ángeles destaca que “premios de este tipo suponen un gran impulso en la carrera de los jóvenes que, a menudo, nos enfrentamos con condiciones laborales que desperdician el talento”. Apunta, a su vez, que las iniciativas para visibilizar, reconocer y dar valor a las matemáticas en general, y a las mujeres en matemáticas en particular, “no paran de aumentar”, aunque puntualiza que “está claro, de acuerdo a los resultados, que aún no son suficientes”.
En su exposición de motivos, el jurado ha subrayado las aplicaciones de la teoría desarrollada por García Ferrero y ha valorado su capacidad de “probar algo realmente nuevo y en general sobre un objeto simple y clásico como la ecuación del calor” como un logro digno del Premio Rubio de Francia. La joven investigadora realiza, no obstante, una labor versátil con intereses que incluyen problemas complejos que analizan no sólo diferentes aspectos de las ecuaciones diferenciales sino importantes cuestiones de la topología, la geometría diferencial, la física matemática y sus aplicaciones, añaden los miembros del jurado.
El Premio de Investigación José Luis Rubio de Francia cuenta con el patrocinio de la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Zaragoza. Dotado con 3.000 euros, desde 2016 este galardón conlleva además un “Start-up grant” por el que la Fundación BBVA apoya con 35.000 euros la investigación del premiado en los siguientes tres años.