Nuno Freitas (Portugal, 1984) se licenció en Matemática Aplicada y Computación en 2005 y completó el Máster en Matemática y Aplicaciones en 2008, ambos por el Instituto Superior Técnico da Universidade de Lisboa (Portugal). Después de un año como estudiante Erasmus en la Universitat de Barcelona (UB), decidió cursar en esta institución académica el Máster en Matemática Avanzada y Profesional y el doctorado. Fue el primer joven extranjero en recibir el Premio José Luis Rubio de Francia, en su edición de 2014, que reconoce el trabajo de investigadores españoles o, como en su caso, formados en España. Y también fue el primero en recibir la ayuda de 35 000 euros que la Fundación BBVA concede desde 2015 a los galardonados con este prestigioso reconocimiento.
El jurado, en concreto, destacó sus contribuciones a la teoría de números, que mejoran la comprensión de la ecuación de Fermat sobre cuerpos cuadráticos reales, que son los que se obtienen al añadir a los números racionales la raíz cuadrada de un entero positivo.
“Fue un gran orgullo recibir el premio. En particular, ha sido la confirmación de que dirigir mi esfuerzo y dedicación a la investigación fue la decisión correcta”, asegura Nuno Freitas, quien reconoce que en los informes que recibió cuando solicitó la ayuda Ramón y Cajal, que tiene en la actualidad, había referencias positivas sobre el galardón.
Su trayectoria posdoctoral le ha permitido realizar una estancia de tres meses en King’s College London; de otros tres meses en el Hausdorff Institute en Bonn; 16 meses en la Universität Bayreuth; un año en el Max-Planck-Institut für Mathematik de Bonn; dos años en la University of British Columbia y año y medio como Marie-Curie en Warwick. “Mi experiencia posdoctoral ha sido súper buena, me ha permitido hacer muchos contactos y aprender distintas formas de trabajar”, explica, y valora que, “sin duda, cada puesto posdoctoral me hizo mejor candidato para obtener el siguiente”.
También valora la start-up grant de la FBBVA, por su utilidad y su “reducida burocracia”, aunque recomienda “que el límite de tiempo para gastar el dinero sea más largo” (tres años en la actualidad), ya que en ocasiones se puede acumular más que un proyecto y, en otras, puede pasar el tiempo sin ninguno. “Me imagino también que, si alguien tiene una plaza en la que necesita dar muchas horas de clase, podría ser interesante poder contratar a otra persona para dar parte de las clases”, añade.