Xavier Ros-Oton (Barcelona, 1988) se ha convertido en uno de los investigadores matemáticos españoles con más proyección en el plano nacional e internacional. Licenciado y doctor en Matemáticas por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), con cuya tesis obtuvo el premio extraordinario de doctorado de la UPC y el Premio Vicent Caselles RSME-Fundación BBVA en 2015, Ros-Oton recibió el Premio José Luis Rubio de Francia en su edición de 2016 y el Premio Antonio Valle de la Sociedad Española de Matemática Aplicada en 2017. La estela de galardones no terminaba ahí, ya que en 2019 fue reconocido con el Premio Fundación Princesa de Girona a la Investigación Científica.
Su campo de investigación se centra en las ecuaciones derivadas parciales elípticas y parabólicas. El jurado del Premio Rubio de Francia valoró especialmente el completo currículum del joven investigador, que ya había resuelto profundos problemas enmarcados en tres líneas de investigación: fronteras libres, ecuaciones integro-diferenciales y ecuaciones de reacción-difusión clásicas, resultados todos publicados en revistas del más alto prestigio y con un impacto internacional de primer nivel.
Xavier Ros-Oton recuerda que “el premio fue una gran alegría y creo que dio más visibilidad a mi investigación”. Valora, en este sentido, que “fue un impulso a mi carrera científica”, aunque matiza que “no creo que se pueda atribuir directamente al premio ninguna de las ofertas de trabajo que he recibido”.
Cuando ganó el Rubio de Francia, explica, ocupaba un puesto posdoctoral en la University of Texas at Austin, donde trabajó durante tres años con Luis Caffarelli y Alessio Figalli, antes de su etapa como Assitant Professor en la Universität Zürich, posición que dejó este mes de septiembre para convertirse en “ICREA Research Professor” en la Universitat de Barcelona. Con el bagaje de su experiencia internacional, “mi opinión sobre la política científica en España no es muy buena, la verdad. Me parece que no tiene nada que ver con la de los países más avanzados científicamente, como Estados Unidos, Suiza, Alemania, Reino Unido, Suecia, etc. No creo que sea solamente la falta de dinero el problema, sino el funcionamiento del sistema en general y la falta de voluntad de mejora o cambio por parte de muchos de sus actores”, advierte.
Ros-Oton considera que “tendríamos que cambiar muchas cosas, empezando por internacionalizar los departamentos, abrir mucho más (y que sea más fácil solicitar) las plazas en la universidad, los criterios de evaluación de la ANECA… Mi sensación es que las cosas que funcionan mejor en el sistema científico español son las excepciones al margen del sistema (como el programa ICREA)”.
Sobre la start-up grant de la FBBVA que recibió como parte del Rubio de Francia, el investigador hace una valoración muy positiva. “Es una gran iniciativa y da un impulso muy real y útil a los ganadores del premio Rubio de Francia”, añade.