El presidente de la RSME, Francisco Marcellán, repasa en esta entrevista los objetivos de la Junta de Gobierno para este 2021, que será además su último año al frente de la sociedad científica.
¿Cuáles son los objetivos estratégicos de la Junta de Gobierno para este 2021?
En la reunión de la Junta de Gobierno del 4 de febrero acordamos, entre otros apartados, iniciar el proceso para la declaración de la RSME como entidad de utilidad pública, lo que facilitaría el reconocimiento a efectos fiscales de la aportación de socios y patrocinadores, así como la revisión y reformulación del Plan Estratégico. Queremos promover, además, el trabajo de contraste y debate en diferentes ámbitos sobre los ejes temáticos del Libro Blanco y poner en práctica sus recomendaciones, así como incrementar el número de socios numerarios e institucionales, dado que sus aportaciones representan más del 50 % de nuestros ingresos. Para ello trataremos de buscar incentivos, potenciar el área de socios y socias en la página web y en la tienda virtual. A ello se añadirá la búsqueda de patrocinios para nuestras actividades, dado el capital intelectual que poseemos como sociedad científica y que debemos ofrecer a la sociedad en unos momentos en que la consideración y reconocimiento de las Matemáticas son de gran valor añadido para nuestra acción cotidiana.
¿Otro punto clave será la política editorial?
La política editorial es una seña de identidad de la RSME y su consolidación pasa por mejorar la distribución de La Gaceta, sobre todo en centros de secundaria y en diferentes eventos; el acceso digital en instituciones, junto con el incremento de publicaciones tanto en las series conjuntas con AMS y Springer como en la colección Estímulos Matemáticos. También queremos dar un impulso al boletín semanal, a partir de una mayor colaboración de las comisiones e interacción con los miembros de la RSME, aparte de hacerlo accesible a dispositivos como tablets, móviles etc. Todo ello enmarcado en una política de comunicación tanto en medios como en redes sociales.
¿De qué manera afecta la actual situación a la consecución de esos objetivos y cómo se pueden salvar los obstáculos?
La actual situación ha repercutido en dos direcciones. En los aspectos económicos, la postergación de eventos programados ha tenido una notable repercusión desde el punto de vista presupuestario. A cambio, ha exigido una innovación en las formas de relación con sociedades científicas en el marco internacional mediante herramientas en línea. En los aspectos internos hemos necesitado reformular y replantear algunas de nuestras actividades, promoviendo foros como los Seminarios RSME Online y la apuesta por un debate semestral, a través de mesas redondas virtuales con sociedades científicas de nuestro país con las que tenemos acuerdos de colaboración y que son coordinadas por nuestra comisión científica.
Este es el último año de Francisco Marcellán como presidente de la RSME. ¿Qué balance hace de su mandato?
En líneas generales creo que el esfuerzo por consolidar la RSME como referente en el panorama educativo y científico de nuestro país ha dado sus frutos. A modo de ejemplos significativos, hemos promovido la firma de convenios (a fecha de hoy cerca de 40) con universidades para asentar y facilitar el trabajo de nuestras delegaciones, pero también con instituciones como la Fundación BBVA, la Fundación Ramón Areces, el Instituto Cervantes, la Real Academia Española o la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza, entre otras.
Por otro lado, hemos reforzado la estructura interna de la RSME a través de las comisiones que representan una inteligencia colectiva para abordar problemas específicos pero que permiten también una labor transversal, y disponemos de una sólida y coherente política de comunicación a través de un gabinete que ha profesionalizado la puesta en valor de nuestras aportaciones.
A su vez, la elaboración del Libro Blanco ha significado una reflexión colectiva sobre ocho ejes temáticos que han ido más allá de diagnósticos y análisis, dado que facilitan la acción futura. La actividad editorial de la RSME ha sido relevante. Las sociedades científicas tienen en su labor editorial una importante fuente de financiación y debemos mejorar sustancialmente esta línea de actuación.
¿Qué destacaría en el plano internacional?
Hemos potenciado la presencia internacional de la RSME mediante la realización de actividades conjuntas con otras sociedades tanto en el ámbito latinoamericano como europeo y que debemos reforzar a lo largo de los próximos años. El apoyo a la celebración del 9ECM que tendrá lugar en Sevilla en 2024 ha sido un logro colectivo que complementa los conseguidos en el pasado en otros marcos internacionales. La presencia de matemáticos españoles en diversas instancias científicas internacionales (IMU, EMS, ICIAM, entre otras) ha mejorado sustancialmente, pero tenemos un arduo trabajo en incrementar nuestro peso específico.
¿Y de la cuestión de los jóvenes, las mujeres y el territorio?
Generación, género y territorio han sido líneas de trabajo prioritarias en el seno de la Junta de Gobierno. La promoción y reconocimiento de nuestros jóvenes investigadores junto con la aproximación a aquellos colegas que trabajan en ámbitos no académicos constituye una apuesta prioritaria para la RSME. En cuanto a las políticas de género resaltaría el papel de la Comisión Mujeres y Matemáticas, junto con el desarrollo del programa SteMatEsElla y numerosas actividades con ocasión de fechas significativas en el calendario. En cuanto al territorio, hemos procurado diversificar geográficamente las actividades de la RSME tanto en el ámbito de eventos científicos como de Olimpiadas.
¿En el otro lado de la balanza…?
No hemos conseguido incrementar sustancialmente el número de nuestros socios y socias en relación con el objetivo previsto de 2000 asociados. Debemos reflexionar sobre esa retracción al asociacionismo científico en nuestro país, fruto de nuestra débil tradición y de las contrapartidas ofrecidas para vincularse a una sociedad científica. Además, los poderes públicos no han sabido valorar adecuadamente el saber hacer de la RSME en sus ámbitos de responsabilidad. Tanto en políticas educativas (LOMLOE y Olimpiadas) como en políticas de investigación (trayectorias docentes, premios, proyectos, entre otros) no hemos conseguido un reconocimiento de cara a asesorar y participar en las dinámicas de mejora de nuestro sistema de conocimiento. Y diría que no hemos podido ampliar la diversificación de nuestras fuentes de financiación vía patrocinios, donaciones o proyectos a través de convocatorias de ámbito nacional o autonómico.
¿Cómo espera dejar la RSME cuando llegue el relevo?
De cara al relevo en el equipo de dirección de la RSME creo que están asentadas muchas de las líneas de trabajo y la ilusión y el compromiso en su mejora deben ser el reto para seguir adelante. Las personas deben aprender a impulsar el trabajo colectivo en base a ideas sólidas, consensuadas e innovadoras. Personalmente, ha sido una experiencia clave en mi trayectoria profesional como matemático y he procurado involucrarme y comprometerme en este trabajo durante seis años en los que he contado con un equipo (vicepresidentes, secretaría, tesoreros, editor general, gabinete de comunicación y vocales) en el que la empatía y la ilusión con el proyecto han sido fundamentales para llevarlo a cabo.
¿Un mensaje final para los socios y socias?
Es necesario un compromiso colectivo para consolidar la RSME y que es indisociable de la labor de las personas que asumen las tareas de dirección y coordinación de las acciones contempladas en la hoja de ruta de nuestra sociedad científica. Las jóvenes generaciones deben dar un paso al frente para asumir un mayor nivel de responsabilidad en potenciar este ilusionante proyecto más allá de nuestros intereses como sociedad científica sino como muestra de nuestra ligazón con la sociedad.