Ahora que los conocimientos en Matemáticas y Estadística son tan demandados en las empresas resulta interesante reflexionar sobre los denominados Doctorados Industriales.
Su regulación viene dada por el Real Decreto 195/2016 de 13 de mayo (BOE de 6 de junio de 2016) en su artículo 15 bis y, sucintamente, requiere:
a) la existencia de un contrato laboral o mercantil con el doctorando/a (por una empresa del sector privado o del sector público, así como por una Administración Pública, que no podrá ser una Universidad);
b) la participación del doctorando/a en un proyecto de investigación industrial o de desarrollo experimental que se desarrolle en la empresa o Administración Pública en la que se preste el servicio, que tendrá relación directa con la tesis, acreditada mediante una memoria visada por la Universidad;
c) cuando el proyecto o el desarrollo sea colaboración entre la Universidad y la empresa o Administración Pública en la que preste servicio el estudiante de doctorado, se suscribirá un convenio de colaboración marco. Además, el estudiante de doctorado tendrá doble tutoría de tesis, por parte de la Universidad por parte de la empresa o Administración Pública. El papel de Director/a de tesis será asumido de acuerdo con la normativa propia de Doctorado de la Universidad. En este sentido, estas normativas cubren típicamente otros aspectos como, por ejemplo, los relativos a propiedad intelectual y confidencialidad.
El Gobierno de España, a través del Ministerio de Ciencia e Innovación, dispone de un programa de ayudas para contratos para la formación de investigadores en empresas (Doctorados Industriales). Lo solicita la empresa junto al candidato y se basa en un proyecto y los CV del candidato/a y su supervisor/a en la empresa. El centro de investigación y su Director/a académico/a no aparecen explícitamente en la solicitud. Las ayudas cubren parte del contrato del candidato/a, una ayuda de estancia y los costes de matrícula. Las convocatorias se suelen realizar a principio de año.
Varios Gobiernos autónomos también tienen programas similares. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid, a través de su Consejería de Ciencia, Universidades e Innovación tiene un programa que debe solicitar la empresa, el centro de investigación, el/la candidato/a y los supervisores académico y empresarial. Las ayudas cubren parte del contrato del candidato/a, los costes de matrícula y algunos fondos para el centro de investigación. Esta convocatoria suele ser en junio.
Como ejemplo en Matemáticas, se menciona el caso de un estudiante de doctorado que realiza su tesis en ICMAT, la UCM y la PYME Aeroengy, centrada en actividades de consultoría en Estadística e Investigación Operativa. El proyecto de tesis se refiere a cuestiones relativas a predicción y optimización de gran escala para la gestión de la cadena de suministro. Además, el doctorando completa su formación participando en otros proyectos de la empresa, lo que mejora, sin duda, sus capacidades.
Este esquema novedoso de realización de doctorado aporta beneficios tanto a los centros de investigación como a las empresas e, igualmente, a los estudiantes de doctorado, ampliando sus posibilidades de futura contratación. Una muy buena oportunidad para los matemáticos y matemáticas españoles que se desea promover desde la Comisión de Profesiones y Empleabilidad de la RSME.