—¡Hola, Juan! ¡Qué contento se te ve a estas alturas de curso! ¿Ya has acabado de corregir los exámenes? —preguntó Juana a su compañero de departamento Juan, que iba silbando por el pasillo.
—¡Hola, Juana! ¡No, qué va! Aún me faltan por corregir. Estoy tan contento porque me acaban de conceder el tercer sexenio de investigación. Así que el curso próximo pasaré de dar 24 créditos a solo 16 créditos. Además, cobraré un poco más, que con los dos niños pequeños, nunca va mal. Tú tuviste los niños igual que yo, ¿no? ¿En 2015 y 2017?
—Sí, ahora tienen 6 y 4 años. Me alegro por ti, ¡enhorabuena! Yo no me atreví a solicitar el tercer sexenio, que también me tocaba pedirlo en 2020, porque si fuera negativo me penalizarían con 3 años de espera hasta volverlo a poder solicitar, y encima pasaría a dar 32 créditos. Así que prefiero no arriesgar, prefiero alargar el sexenio vivo y quedarme con 24 créditos uno o dos años más. Los dos parones de los niños fueron muchos meses y me han afectado en el ritmo investigador—sentenció Juana con resignación.
—¡Ah, lo siento! Yo es que solo paré dos semanas por la mayor, y cuatro semanas por el pequeño. Pero, ¿cómo no tienen en cuenta esas cosas en las evaluaciones? No es justo que te toque esperar uno o dos años más por haber sido madre. ¿Eso no es discriminatorio? —preguntó Juan extrañado.
—Eso mismo me pregunto yo, cómo a estas alturas aún no se tienen en cuenta los parones… Pero no solo pasa con los sexenios, pasa con todo. Y luego hablan de que si brecha salarial, techo de cristal, etc. ¿Cómo no va a haber, si no se tienen en cuenta los cuidados, que los hacemos mayoritariamente las mujeres?
La Comisión de Mujeres y Matemáticas de la RSME escribió hace un año un documento llamado Stop Discriminación, que acaba de presentarse en la VII Xornada Universitaria Galega en Xénero. En este estudio se revisa el (in)cumplimiento de la Ley de la Ciencia en lo referente a la perspectiva de género y se realizan propuestas para paliar las discriminaciones. En concreto, se analiza y evalúa su aplicación en distintos ámbitos que comprenden la selección y evaluación del personal docente e investigador de las universidades públicas y los procedimientos de concesión de ayudas y subvenciones por parte de los agentes de financiación de la investigación. El análisis se centra en el ámbito estatal, pero las conclusiones son similares si el análisis se realiza en el ámbito autonómico o universitario. La falta de eficacia de la Ley, por su falta de aplicación, es un resultado decepcionante.
La Ley dice que no debe haber ninguna penalización por haber disfrutado de un permiso legal: si, debido al permiso, una persona tiene que posponer una petición, sea de acreditación a figura contractual o funcionarial o de un sexenio, por disponer de menos méritos en dicho período al haber contado con menos tiempo de trabajo efectivo, se le está penalizando, y en consecuencia se está infringiendo la Ley de la Ciencia.
En respuesta a Juan: dos recientes sentencias judiciales, una promovida por María de la Fuente, investigadora en nanoterapias contra el cáncer; y otra por Irene Epifanio (a través de CCOO-PV), profesora titular del área de Estadística de la Universitat Jaume I, confirman que sí es discriminatorio. Se llama discriminación por omisión: no solo se discrimina por tratar de forma desfavorable por razón de sexo; también por no hacer nada por evitar dicha discriminación.