La RSME y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza han convocado la primera edición de MaThyssen, un concurso que invita a estudiantes de Primaria, Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos a descubrir la profunda conexión entre el arte y las matemáticas.
Maria Isabel Gonzalez Vasco, vocal de la Junta de Gobierno de la RSME y catedrática de Matemática Aplicada de la URJC, ha sido una de las personas implicadas en esta iniciativa que ofrece un novedoso y atractivo enfoque de las matemáticas en el ámbito escolar.
Pregunta.- Vayamos a la génesis de este proyecto. ¿Cómo nació MaThyssen, cómo ha sido la respuesta y la colaboración con el museo?
María Isabel González Vasco.- La relación con el Museo Thyssen es estrecha desde hace años. En 2017 la RSME y la Fundación Thyssen Bornemisza firmaron un convenio de colaboración donde se ponía de manifiesto la intención de ambas instituciones de ir de la mano en diferentes iniciativas en las que evidenciar la intensa interacción existente entre arte y matemáticas. Hace ya casi un año surge la idea del concurso y la respuesta del Museo a través de EducaThyssen (sección encargada a las acciones educativas de la Fundación) no ha podido ser más entusiasta.
P.- ¿Por qué es importante este concurso?
M. G. V.- Es un medio maravilloso para poner el foco en la ubicuidad de las matemáticas, en su presencia indiscutible allí donde se busca belleza o armonía, así como en su utilidad para representar y entender la realidad. Aquellos más alejados de las matemáticas pueden descubrir su papel esencial e insospechado en el arte, sin además necesitar conocimientos que excedan los contenidos elementales relacionados con sus estudios.
P.- ¿Qué puede aportar a la formación de los estudiantes?
M. G. V.- Esperamos que ayude a eliminar ideas preconcebidas que a veces tienden a encasillar en compartimentos disjuntos el pensamiento lógico y la sensibilidad artística. Ojalá aquellos estudiantes con vocación matemática descubran una inclinación (quizá insospechada) por las artes y, recíprocamente, estudiantes menos aficionados a las matemáticas se acerquen a ellas con una receptividad distinta. Los que nos dedicamos a las matemáticas sabemos que la creatividad es fundamental para abordar problemas realmente interesantes, pero no es algo fácil de percibir para los estudiantes más jóvenes. Estamos convencidos de que esta iniciativa va a ayudar en esa dirección.
P.- Al tratarse de un enfoque bastante novedoso en los centros educativos, ¿se va a animar o facilitar de alguna manera el trabajo a profesores y alumnado?
M. G. V.- El formato del concurso deja mucha libertad para que los proyectos puedan enfocarse y adaptarse a las capacidades y recursos de los participantes, que también pueden inspirarse a través de actividades difundidas por RSME relacionadas con el arte, como Imaginary, o con ideas que se pueden obtener de la web de EducaThyssen.
P.- ¿Quiénes, desde la RSME y desde el Museo, habéis sido parte activa de la iniciativa?
M. G. V.- El principal impulsor ha sido nuestro presidente, Francisco Marcellán, que ha puesto en marcha un grupo de trabajo en el que me incluyo y en el que tenemos la suerte de contar con la experiencia de varios socios muy involucrados con la educación y la divulgación: Fernando Blasco, Fernando Corbalán, Antonio Ledesma y Luis José Rodríguez. Por parte de EducaThyssen ha sido fundamental el papel de Rufino Ferreras y Begoña de la Riva, de los que solo puedo agradecer su enorme dedicación y entusiasmo.
P.- ¿Se podría extender la idea a otras áreas o disciplinas?
M. G. V.- Por supuesto, en el grupo de trabajo hemos mencionado varias ideas. Me gusta especialmente la posibilidad de plantear una iniciativa similar que involucre a las artes escénicas o la literatura.