Wenceslao González Manteiga, catedrático de Estadística e Investigación Operativa de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), ha obtenido el Premio Nacional de Estadística 2021, un galardón que, entre otros logros, reconoce sus aportaciones a la modelización no paramétrica de dinámicas y dependencias en sistemas complejos, así como en el desarrollo de la estadística no paramétrica en los últimos 30 años.
Pregunta.- ¿Qué ha supuesto el Premio Nacional de Estadística?
Wenceslao González.- ¡Una gran satisfacción! Es un premio al trabajo de toda una vida académica. Fue maravilloso aprender de todos los estudiantes de doctorado que tuve a lo largo de los años y de las múltiples colaboraciones con investigadores de relevancia nacional e internacional. Es también un premio a la creación de toda la escuela gallega de Inferencia no Paramétrica, que hoy tiene investigadores de máxima relevancia internacional en las tres universidades gallegas.
P.- ¿Cuáles son sus líneas de trabajo en la actualidad?
W.G.- Pues muy matemáticas. En estos momentos estoy trabajando en la inferencia estadística orientada a objetos. Estos pueden ser datos funcionales, grafos aleatorios, líneas de nivel en la densidad, etc. Con una gran aplicación al tratamiento de la información compleja, en términos de datos, que estamos recibiendo en este momento explosivo del “Big Data”.
P.- Se ha destacado su colaboración con otros profesionales de la ingeniería, la química… ¿En qué ha consistido y que ha aportado la estadística y la investigación operativa a estas áreas?
W.G.- Como decía antes, el premio es para una vida académica llena de satisfacción. En particular por la gran aplicación que hemos desarrollado de la estadística a la transferencia de conocimiento, en el amplio sentido de la palabra. En particular, destacaría los diversos modelos predictivos que hemos construido para predecir la evolución de indicadores medioambientales a lo largo de muchos años. Esto significó diversos contratos con la empresa y publicaciones de relevancia en revistas de prestigio: Technometrics, Environmetrics, etc. También destacaría, ya más recientemente, nuestros modelos predictivos en la evolución de incendios forestales. Todas estas colaboraciones fueron con químicos, ingenieros forestales y, en general, con profesionales de muy diversos ámbitos.
P.- ¿Y qué proyectos y resultados destacaría en el campo de la transferencia tecnológica?
W.G.- Hemos transferido conocimiento al contexto de la criminología, colaboración internacional con investigadores del IMPA, en Río de Janeiro. Los mapas de riesgo en criminología, especialmente en ciudades como Río de Janeiro o Bogotá, son de importancia mediática para la vida de los ciudadanos que allí residen. En este caso, los profesionales de contacto son periodistas, como suministradores de información en las redes sociales o incluso personal del servicio de inteligencia de la policía.
P.- ¿Cómo cree que ha evolucionado la percepción social de la estadística? ¿Hay más conciencia colectiva ahora sobre sus aplicaciones y su potencial?
W.G.- La percepción social de la estadística ha evolucionado notablemente. La sociedad es consciente cada vez más de lo importante que es manejar la información de forma rigurosa para la toma de decisiones en su vida. Los ejemplos son numerosos: la influencia de los tipos de interés para inversiones en vivienda, la consideración de diagnósticos en la medicina personalizada, el saber interpretar bien la masa bruta de noticias que estamos recibiendo con grandes imperfecciones estadísticas, etc. Incluso entre los matemáticos, la estadística ha ganado muchos enteros como disciplina rigurosa y que requiere de un profundo bagaje matemático para su desarrollo, sobre todo en lo relativo al análisis de datos complejos.