El 4 de febrero ha tomado posesión una nueva Junta Directiva con una mujer, Eva Gallardo, como presidenta de la RSME. Con Olga Gil Medrano (presidenta en 2006-2009), son las dos únicas mujeres que han tenido esta responsabilidad en toda la historia de la RSME.
Desde la Comisión de Mujeres y Matemáticas hemos creído que era un buen momento para que nos respondiese a algunas preguntas y Eva ha accedido amablemente. Gracias presidentA.
Pregunta.- ¿Por qué crees que es importante que la RSME tenga una Comisión de Mujeres y Matemáticas?
Eva Gallardo.- A pesar de los avances tecnológicos en la sociedad en la que vivimos, la baja representación de las mujeres en las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas es evidente. En esta cuestión, dadas las perspectivas de desarrollo y crecimiento de estas disciplinas, entendemos que es necesario un análisis detallado y cuidadoso de las causas y factores asociados.
Y en este sentido, Elena, desde el equipo de gobierno de la RSME consideramos que la Comisión de Mujeres y Matemáticas tiene una labor fundamental. Como bien sabes, la RSME ha de ser un referente para las diferentes administraciones públicas en todos aquellos aspectos que tengan relación con las Matemáticas (educación, investigación y divulgación). Y, para ello, es esencial disponer de análisis rigurosos para defender y promover políticas de igualdad en la sociedad. Asimismo, es importante contar con asesoramiento y propuestas en temas relacionados con la brecha de género, con estudios de la posible existencia de sesgos en acciones científicas y, por supuesto, análisis de las carencias introducidas históricamente en el desarrollo de la ciencia por la escasa presencia de las mujeres en las instituciones científicas.
P.- ¿Qué cinco medidas concretas consideras prioritarias para que disminuya drásticamente la brecha de género en la comunidad matemática española?
E.G.- Upps… esta pregunta plantea un paradigma pues una disminución drástica de cualquier aspecto, y en particular el de la brecha de género, se consigue con acciones de cambio sociales y políticas que no cristalizan en un corto plazo de tiempo.
No obstante, como ya señalé en una entrevista anterior, el Espacio Europeo de Investigación (ERA, 2012) tiene como su cuarta prioridad «la igualdad de género y la perspectiva de género en la investigación, mediante el fomento de la diversidad de género para fomentar la excelencia científica”. Y este es un pilar fundamental en la acción del equipo de gobierno que represento.
En particular, consideramos fundamentales las siguientes líneas de actuación:
– Propiciar el fomento y despertar de vocaciones matemáticas entre las estudiantes de educación primaria y secundaria.
En el estudio reciente “Motivación académica, habilidades no cognitivas y brecha de género en Matemáticas y Ciencias. El caso de España” (Fundación Ramón Areces y Fundación Europea, Sociedad y Educación. 2021), realizado por Gema Zamarro (University of Arkansas), se analizan los datos proporcionados por PISA (Program for International Student Assesment) documentando, en base a ellos, las brechas de género en el rendimiento de los estudiantes de España en las áreas de Matemáticas y Ciencia. Estos datos relacionan la brecha de género con la motivación académica. Todas las medidas de motivación parecen relacionadas con el rendimiento en Ciencias y Matemáticas de manera significativa; y las chicas parecen beneficiarse más que los chicos de altos niveles de motivación general.
– Promover acciones que fomenten el acceso a los grados en Matemáticas y, en general, en disciplinas STEM de las mujeres.
– Fomentar acciones que permitan el acceso a estudios de máster y doctorado. Nuestra experiencia en este sentido es que acciones de mentorías son positivas, porque permiten visibilizar referentes femeninos que han completado con éxito estas etapas de formación.
– Apoyar a las jóvenes investigadoras, evitando la fuga de talento femenino. Este comienza a ser un tema recurrente en la comunidad científica.
– Y, por último, pero quizás fundamental, identificar las posibles causas que dificultan tanto el ingreso como la carrera de las mujeres.
Para llevar a cabo esta acción, hemos de partir de datos contrastados. A este respecto, recientemente la Comisión Europea ha elaborado un extenso informe, She figures 2021. Gender in research and innovation: statistics and indicators, donde, a partir de las últimas estadísticas disponibles, se analiza el estado de la investigación e innovación en materia de igualdad de género en toda Europa, proporcionando no sólo los datos sino también análisis comparables de 88 indicadores aproximadamente. Los datos siguen el “viaje cronológico” de las mujeres desde que se gradúan de los estudios de doctorado hasta que participan en el mercado laboral y adquieren roles de toma de decisiones, al tiempo que exploran las diferencias en las condiciones de trabajo de mujeres y hombres y los resultados de investigación e innovación.
Evidentemente, el análisis de estos datos en el caso de la comunidad matemática española nos permitirá proponer muchas más medidas concretas que realmente permitan conseguir la igualdad real entre mujeres y hombres.
P.- En tu trayectoria como matemática, ¿qué actitudes o prácticas has visto que han cambiado (para bien y para mal) en materia de igualdad y, más en general, de inclusión de las minorías infrarrepresentadas, en el mundo académico en general y en la RSME en particular?
E.G.- En general, considero que hemos avanzado como comunidad científica y como parte de una sociedad que también avanza, aunque aún tenemos camino por recorrer. Considero que ha habido acciones muy positivas desde los organismos públicos (por ejemplo, el reconocimiento de las bajas por maternidad en becas y acciones de investigación).
En el seno de la RSME, en el anterior equipo directivo ya se tomaron medidas concretas para visibilizar referentes femeninos, organizando diálogos, estableciendo programas de mentorías y firmando convenios con entidades para tal fin. Asimismo, la paridad en comisiones y jurados de premios es hoy en día una práctica habitual. Pero como digo, hemos de seguir trabajando para conseguir una igualdad real que no sólo redunde en el ámbito de la gestión.
P.- ¿Qué dificultades crees que tienen las mujeres matemáticas a lo largo de su carrera? Es decir, dificultades para acceder al doctorado, a plazas posdoctorales, a puestos permanentes, a puestos de gestión como decanatos o rectorados…
E.G.- Cada mujer tiene sus propias circunstancias, y las dificultades dependen fuertemente de éstas. No obstante, en términos generales, el acceso al doctorado, plazas postdoctorales o puestos permanentes están basados en criterios y méritos académicos. Y el éxito en la consecución de algunos de éstos, dependiendo sobre todo en las etapas vitales de las mujeres, puede estar afectado por los condicionamientos sociales (bajas por maternidad, cuidado de personas a cargo, …). Esta es, bajo mi punto de vista quizás, la principal dificultad.
Por otra parte, en lo que se refiere al acceso a puestos de gestión, como bien sabes, las universidades, así como los institutos de investigación, en el territorio español son muy diferentes. No es lo mismo una universidad “grande” en términos de estudiantes que una más pequeña, y el número de estos puestos de gestión depende fuertemente de este parámetro. Sin embargo, en este aspecto, hemos constatado un aumento de mujeres en los puestos de gestión, como por ejemplo en equipos decanales y vicerrectorados. De hecho, nuestra vicepresidenta primera Mª Victoria Otero fue decana de la Universidade de Santiago de Compostela con un equipo formado completamente por mujeres.
P.- Muchas veces desde las “comisiones de mujeres” hemos escuchado comentarios del tipo “estáis haciendo muy buen trabajo para las cuestiones de las mujeres”. ¿Qué piensas sobre ese tipo de comentarios? Otro comentario que se oye mucho es “las matemáticas no tienen género”. ¿Qué te parece?
E.G.- Personalmente pienso que estos comentarios desvían el foco del debate en la comunidad científica y, en particular, en la comunidad matemática debemos alcanzar, junto con la sociedad, la igualdad de género en todos los aspectos que repercuten en el desarrollo de la trayectoria profesional.