El pasado 12 de mayo se celebró en los centros educativos nacionales el Día Escolar de las Matemáticas, que conmemora el nacimiento del matemático e ingeniero Pedro Puig Adam, reconocido por su interés por la enseñanza. Después de más de 60 años desde su fallecimiento, Puig Adam continúa siendo un referente ante la reflexión didáctica sobre las matemáticas. Sus ideas pedagógicas surgieron de la observación de sus alumnos de secundaria y universitarios y de la confrontación de enfoques con matemáticos, pedagogos y psicólogos coetáneos como Emma Castelnuovo, Lucienne Félix, Willy Servais, Caleb Gategno, o Georges Cuisenaire. Sin embargo, estas ideas no fueron reconocidas en España hasta los años 80, cuando surgieron los primeros movimientos de reforma curricular y las sociedades de profesores (Fernández Biarge, 1984) y las obras de Puig Adam empezaron a ser fuente de inspiración para la didáctica y el profesorado español. Dicho reconocimiento se materializó en 2002, declarado Año Internacional de las Matemáticas, en el que Puig Adam recibió un homenaje a nivel nacional (Alsina, 2000).
El interés por la enseñanza de las matemáticas de Puig Adam comenzó al inicio de su vida profesional como profesor de secundaria, periodo en el que reivindicó la necesidad de una profunda revisión del currículo en todos los niveles educativos. Esta revisión se hizo bajo los principios de (a) no adoptar una didáctica rígida, sino adaptar la enseñanza a cada alumno a partir de observación constante de su desempeño; (b) no olvidar el origen concreto del contenido matemático que se enseña, ni los procesos históricos de su origen; (c) presentar las matemáticas como un conocimiento relacionado con la vida natural y social; (d) graduar adecuadamente los niveles de abstracción del contenido de referencia; (e) enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno; (f) estimular esta actividad mediante el aumento del interés directo y funcional por el objeto de conocimiento; (g) promover la autoevaluación del alumnado en la medida de lo posible; (h) perseguir el conocimiento profundo de los procedimientos matemáticos como paso previo a la automatización de los mismos; (i) comprender que el lenguaje del alumno es una expresión fiel de su pensamiento; y, (j) asegurar cierto nivel de éxito del alumnado, que evite la desmoralización (Puig Adam, 1955; 1984).
Además de por ser el día escolar de las matemáticas, el día 12 de mayo está considerado desde 2018 como el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas, conmemorando así el nacimiento de la profesora e investigadora iraní Maryam Mirzakhani, cuya investigación sobre geometría y sistemas dinámicos le permitió ser la primera mujer en recibir la Medalla Fields en 2014. En esta fecha también nació Florence Nightingale, enfermera y estadística británica y considerada la madre de la enfermería moderna, que fue pionera en el uso de diagramas estadísticos para mejorar las condiciones sanitarias de los enfermos. Esta conmemoración persigue poner en valor la contribución de las mujeres al desarrollo de las matemáticas y derribar los obstáculos que han impedido históricamente visibilizar sus resultados. De este modo se busca potenciar el interés de las niñas por el aprendizaje de las matemáticas, necesidad que viene manifestándose en los últimos años en virtud de las evaluaciones diagnósticas nacionales e internacionales obtenidas por nuestro país que reflejan rendimientos desiguales en ambos géneros.
Estas efemérides celebradas el 12 de mayo están fuertemente vinculadas a la reflexión sobre la reforma educativa del currículo de matemáticas para edades escolares que proponen los nuevos documentos de la LOMLOE, recientemente publicados. En particular, el planteamiento de Puig Adam de relacionar las matemáticas con la vida y de priorizar la comprensión profunda sobre la automatización de procedimientos está en consonancia con el planteamiento basado en el sentido de las matemáticas que parecen proponer los nuevos currículos. Muy significativa es también la alineación entre aspectos didácticos y emocionales sobre los que incidía el matemático e ingeniero catalán hace varias décadas y aquellas recomendaciones que plantea la reforma curricular con la inclusión del sentido socioafectivo. Se confirma así la actualidad de los principios de enseñanza marcados por Puig Adam. De forma específica, el Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, defiende que el desarrollo del sentido socioafectivo contribuye a “normalizar el error como parte del aprendizaje”, y que para trabajar dicho desarrollo se recomienda “combinar diferentes metodologías didácticas que favorezcan unas matemáticas inclusivas y la motivación por aprender” (p. 93). Este sentido socioafectivo también tiene el fin de “erradicar ideas preconcebidas relacionadas con el género” y de “dar a conocer al alumnado las contribuciones de las mujeres y los hombres a lo largo de la historia y en la actualidad” (p. 93), iniciativa que respeta el espíritu del Día de las Mujeres Matemáticas.
Resulta significativo que la incorporación del sentido socioafectivo como saber matemático ha supuesto uno de los puntos más controvertidos de los nuevos currículos de matemáticas y en la Comisión de Educación entendemos que esto se debe a razones alejadas de lo puramente educativo. Valoramos positivamente, por tanto, la intencionalidad de poner en valor los aspectos emocionales del aprendizaje de las matemáticas dentro de la normativa curricular, no solo porque responden al conocimiento de profesionales de calidad como Puig Adam o Mirzakhani, sino porque manifiestan ideas de sentido común que deben estar siempre en las aulas de matemáticas. Sin embargo, no creemos que el sentido socioafectivo esté en el mismo plano que el resto de los sentidos matemáticos, de carácter más cognitivo, ni que los currículos den claves para interpretar su enseñanza en las aulas.
La reflexión necesaria, pero insuficiente, que surge tras la celebración del 12 de mayo indica que la provisión de más medios económicos y humanos permitiría llegar más lejos en la implementación de dichas ideas. Por tanto, insistimos en solicitar al Gobierno y a las administraciones educativas que apoyen al profesorado a implementar estas ideas necesarias en el aula, implicándose en la materialización de propuestas didácticas concretas y priorizando la formación del profesorado para que los profesionales a pie de aula hagan suyas estas ideas y las introduzcan de forma efectiva en la enseñanza de las matemáticas en nuestro país.
Referencias
Alsina, C. (2000). Carta a Don Pedro Puig Adam (1900-1960). SUMA, 34, 5-7
Fernández Biarge, J. (1984). D Pedro Puig Adam