El 25 de abril tuvo lugar el Encuentro con Jóvenes Investigadores AEI-RSME, tal y como se detalló en el Boletín n.º 756. En el encuentro, celebrado en la Facultad de Matemáticas de la UCM, participaron el director de la Agencia Estatal de Investigación, Domènec Espriu, y un nutrido grupo de jóvenes investigadores. La grabación del acto está disponible en este enlace. En esta entrada del Boletín, desde la Comisión de Jóvenes pretendemos plantear y analizar algunas de las cuestiones que fueron debatidas en dicho evento, pues creemos necesario incentivar la reflexión entre los socios y socias de la RSME.
En la actualidad, en muchas facultades y escuelas técnicas donde se ofertan estudios de matemáticas y relacionados se está viviendo un problema de relevo generacional derivado de la falta de reposición del profesorado jubilado, repercutiendo negativamente tanto en la docencia universitaria como en la investigación. Por ello, se hace necesario introducir algunos cambios que fomenten la incorporación de investigadores jóvenes y que hagan más atractiva la profesión.
Para comenzar, es necesario dedicar esfuerzos a acabar con la precariedad en el ámbito de la investigación. La poca estabilidad y duración de los contratos de las y los investigadores jóvenes supone un sacrificio enorme para aquellas personas que opten por esta profesión. Por ejemplo, solicitar una hipoteca o establecer planes de futuro a largo plazo se convierten en labores imposibles bajo estas condiciones. Muchos investigadores e investigadoras se topan con este paradigma precario que perjudica su estabilidad económica, lo que se agrava en el caso de haber decidido formar una familia. Por ello, es probable que haya potenciales investigadores e investigadoras excelentes que abandonen sus aspiraciones en busca de empleos más estables y que supongan una mejora sustancial de su calidad de vida. Si bien es cierto que hay que mantener los mecanismos y filtros que garantizan la calidad de la investigación y de la docencia en las universidades, también es necesario facilitar la estabilización de los jóvenes investigadores que los superen, para que puedan incorporarse al sistema y además solucionar el problema de relevo generacional que hay presente en este ámbito.
Por otro lado, sería conveniente mejorar la accesibilidad de las convocatorias públicas. A la hora de solicitar contratos predoctorales y posdoctorales, nos encontramos con unos plazos nada uniformes para solicitar las principales ayudas públicas, cosa que dificulta enormemente que los y las aspirantes sepan cuándo han de presentar la documentación pertinente. A esto se le une la dificultad de lidiar por primera vez con la burocracia relacionada con la solicitud. Esto puede solucionarse estipulando plazos rígidos y concretos para solicitar las ayudas e invirtiendo esfuerzos en elaborar materiales o guías más detalladas que sirvan para dar pautas para realizar bien el trámite, así como para conocer mejor los distintos contratos y ayudas ofertados por las Administraciones públicas. También sería beneficioso simplificar en gran medida la burocracia asociada al proceso, así como a los distintos trámites relacionados con la investigación.
También se discutieron algunas pequeñas contradicciones del sistema actual. Por poner un ejemplo, muchos investigadores e investigadoras jóvenes en etapa posdoctoral se encuentran totalmente capacitados para dirigir tesis doctorales. Sin embargo, en general es más complicado conseguir financiación durante el doctorado si la dirección de la tesis recae en alguien joven, lo que incentiva que se establezcan cotutelas que hacen depender a los investigadores más jóvenes de los más sénior. Esto además entra en conflicto con el hecho de que la dirección de tesis doctorales sea un mérito a tener en cuenta para las acreditaciones a figuras de funcionariado universitario.
Por último, en las administraciones no se atiende adecuadamente la diversidad entre las distintas áreas de investigación, pecando de uniformizar y no atender a las particularidades de cada disciplina. Por ejemplo, en matemáticas el orden de los autores en un artículo se dispone alfabéticamente, mientras que en otros ámbitos se determina en función de la relevancia. Así, los documentos de carácter burocrático en los que hay que hacer constar los artículos en los que se ha participado están todos hechos a medida de este segundo caso, lo que supone que los investigadores de matemáticas puedan no tener claro cómo cumplimentarlos. Además, dependiendo de la materia en la que se investigue, las métricas y la capacidad de elaborar artículos científicos difieren considerablemente. Es por ello que es necesario adaptar los trámites a cada área temática teniendo en cuenta su realidad para hacer más sencillo el trabajo del investigador.
En conclusión, si bien se han implementado algunas medidas positivas en los últimos años, los organismos que gestionan la investigación en España todavía tienen trabajo por hacer para incentivar a los jóvenes a iniciar o continuar la carrera investigadora. Es importante incrementar el gasto en investigación para poder fomentar esta labor tan necesaria para el progreso de nuestra sociedad.