La RSME hizo públicos la semana pasada los nombres de las tres personas galardonadas con las Medallas de la RSME 2022. Carlos Andradas, Pilar Bayer y Luis Narváez han merecido este año el reconocimiento de la comunidad matemática y nos cuentan cómo han recibido esta merecida distinción.
Pilar Bayer: “La RSME es una institución ejemplar que cuenta con muchos miembros que le dedican gran parte de su tiempo”
Pregunta.- ¿Cómo recibió la noticia de la concesión de la Medalla de la RSME?
Pilar Bayer.- Cuando recibí la llamada telefónica de Eva Gallardo, la nueva presidenta de la RSME, hablándome de la medalla, mi primera reacción fue suponer que me requerían para formar parte de algún jurado, cosa que me ocurre con bastante frecuencia. Cuando me di cuenta de que éste no era el motivo, sino que, al contrario, era yo la persona galardonada, tuve una alegría inmensa, una sensación indescriptible, que se tradujo enseguida en agradecimiento hacia mis colegas.
P.- ¿Cómo vivió sus primeros años de investigadora como mujer matemática, y cómo valora la situación entonces y en la actualidad?
P. B.- Mis primeros años de investigadora los viví en Alemania, ya como postdoc. Aunque ello pueda parecer extraño, porque ya había defendido la tesis en España cuando me contrataron en Alemania, el contacto directo y real con lo que significa la investigación no lo experimenté hasta mis años en la Universidad de Ratisbona. Allí, inmersa en un ambiente de matemáticos formados en una atmósfera investigadora, aprendí que obtener un resultado nuevo requiere mucho tiempo, dedicación y conocimientos y, al mismo tiempo, seguir con constancia la intuición del día a día porque siempre acaba convergiendo.
P.- ¿Qué hito, momento o contribución destacaría en el conjunto de su trayectoria científica?
P. B.- Desde un punto de vista personal, hay 15 momentos especiales. Se han producido cuando cada uno de los 15 alumnos a los que he dirigido la tesis ha culminado la obtención de sus resultados. Y, más generalmente, cada vez que he finalizado un trabajo de investigación.
Pero las personas dedicadas a la teoría de números vivimos en su conjunto un momento muy especial la tarde del 23 de junio de 1993, hace ahora exactamente 29 años, con el anuncio de que Andrew Wiles había probado el Teorema de Fermat y el revuelo que se armó a continuación. Corregir aquella demostración, entender su metodología y todo lo que ha venido después da para muchos momentos de emociones fuertes.
P.- El jurado ha destacado sus contribuciones a la RSME, por ejemplo, en la Revista Matemática Iberoamericana. ¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Cuál ha sido su principal motivación dentro de la sociedad?
P. B.- La RSME ha sido muy generosa en concederme la medalla. La RSME es una institución ejemplar que cuenta con muchos miembros que le dedican gran parte de su tiempo para el bien de todos los matemáticos españoles. Trabajar para la Iberoamericana, junto con su excelente equipo de editores, fue un honor y un motivo de aprendizaje. Como lo ha sido, también, escribir algún que otro artículo de divulgación. Recuerdo especialmente el denominado “Mujeres y Matemáticas”, publicado en el volumen 7, número 1, del año 2004, en La Gaceta, en la época cuya dirección corría a cargo de Manuel de León, y en el mismo ejemplar en que Edith Padrón anunciaba la constitución de la comisión Mujeres y Matemáticas de la RSME, tan activa hasta hoy en día.
P.- ¿Qué espera seguir aportando a la comunidad matemática y científica en su conjunto?
P. B.- Mientras las condiciones físicas me lo permitan, todo aquello que dicha comunidad me solicite y, en lo que pueda, contribuir al bien de la difusión y el avance de las matemáticas. Sinceramente, nunca hubiera sospechado que la vida de jubilada pudiera tener tantos alicientes.