· Muestra su enorme preocupación por el Proyecto de Orden que regula los estudios de grado para obtener el título de maestra o maestro en Educación Primaria, ya que deja los créditos de esta formación obligatoria y su didáctica en un tercio de los actuales
· Recuerda que la formación del profesorado supone el factor que más influye en el aprendizaje matemático y avisa de que el alumnado puede finalizar esta etapa sin una mínima competencia matemática
El Ministerio de Universidades ha presentado el Proyecto de Orden que regula los estudios de grado para obtener el título de maestra o maestro en Educación Primaria. Su planteamiento inicial reduce la formación obligatoria en matemáticas para estos titulados y su didáctica a una asignatura de 6 créditos (60 horas) de un total de 240 créditos. Esto supondría diezmar esta especialidad, ya que actualmente la media de créditos obligatorios de formación en matemáticas y su didáctica en las universidades públicas se sitúa por encima de los 18 créditos (siendo 18 el número de créditos más frecuente).
Si bien el Ministerio de Universidades propone una Mención en Educación Primaria en la que se incluye otra asignatura optativa de 6 créditos de didáctica de la matemática, los graduados y graduadas todavía verían así muy reducida su formación actual, ya que sumarían tan solo 12 créditos (120 horas). En ambos casos, podrían ser los encargados de impartir las asignaturas de matemáticas en los seis cursos de esa etapa, con las consecuencias que esto tendría para la formación del alumnado. La Real Sociedad Matemática Española (RSME) advierte de que “es imposible que mejoremos la competencia matemática de los niños y niñas españoles reduciendo la formación matemática y didáctica del profesorado de Primaria”.
Nuevo currículo de la asignatura
La RSME muestra, además, su sorpresa por la contradicción de este planteamiento para los estudios de Magisterio que ha realizado el Ministerio de Universidades con los del Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), que el año pasado reformó el currículo para Educación Primaria con un diseño para matemáticas más profundo que el anterior, ya que incorporaba aspectos nuevos como el sentido algebraico o el pensamiento computacional, profundizaba en otros como el sentido estocástico e incorporaba a las competencias específicas la resolución de problemas, la construcción de modelos matemáticos, la argumentación, la comunicación o las características socioafectivas del aprendizaje de las matemáticas.
También se optó por un currículo más abierto que deja mucha más libertad al profesorado para realizar la programación, al tiempo que le exige mucho más conocimiento didáctico para poder hacerlo. “Resulta evidente que formar a un futuro maestro o maestra en todas estas cuestiones en 60 horas (incluso en 120) de formación es absolutamente imposible”, remarca la RSME.
Situación de España en la UE
Cabe recordar que España no ocupa el lugar que le correspondería (por nivel económico y por esfuerzo educativo) en las evaluaciones internacionales sobre matemáticas (PISA, TIMSS, etc.), y que de entre aquellas variables sobre las que se puede actuar directamente, la formación del profesorado es el factor que más influye en el aprendizaje matemático. Sin embargo, con este proyecto España sería el país de la UE en el que menos formación matemática y didáctica-matemática recibirían sus futuros maestros y maestras.
Este proyecto repercutirá no sólo en que el alumnado finalice la Primaria sin lograr una mínima competencia matemática, algo imprescindible para la formación de una ciudadanía crítica, responsable y capaz de entender el mundo en el que vive, sino también en un detrimento de vocaciones en áreas STEM, fundamentales en el desarrollo tecnológico de nuestro país.
Por todo ello, la RSME solicita diálogo a los dos Ministerios involucrados y reclama un planteamiento que permita que España cuente con profesorado de Primaria sólidamente formado en matemática y su didáctica para, de esta forma, mejorar la formación matemática de nuestros niños y niñas.
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