El catedrático emérito de la UC3M Francisco Marcellán recibe la Medalla de la RSME como un reconocimiento no sólo a su compromiso con la sociedad científica, “sino de mi labor docente, investigadora y de gestión, en la que he procurado transmitir mi pasión por las matemáticas y compartirla con quienes querían aprender y contrastar conocimientos”. Así lo indica quien ha sido vocal, vicepresidente y presidente de la sociedad científica, además de ocupar diferentes cargos en el campo de la gestión, como el de vicerrector, el de director de la ANECA o el de secretario general de Política Científica.
Pregunta.- ¿Qué le aportaron aquellas experiencias?
Francisco Marcellán.- Las experiencias en tareas de gestión, que he procurado no disociar de mi labor investigadora y docente han posibilitado tener una visión global de nuestro sistema de educación superior pero también del sistema de Ciencia y Tecnología a través de un aprendizaje personal y una rica experiencia colectiva en el abordaje de problemas que requieren soluciones, en muchos casos, radicales. Combatir una burocracia asfixiante en la actividad cotidiana docente e investigadora; procurar una estabilidad temporal en las acciones programadas; oír a los diversos agentes y protagonistas y hacerlos partícipes; promover que la rendición de cuentas y la evaluación ex post de los programas de actuación ocupen un lugar prioritario; visibilizar y explicar lo que se hace desde esos puestos de gestión, entre otros, han constituido objetivos inexcusables. En la Presidencia de la RSME he intentado conjugar eficiencia en la gestión, transparencia en los procesos y explicación de las acciones llevadas a cabo en concordancia con lo anteriormente señalado.
P.- ¿Cuál diría que fue su objetivo o su misión esencial en los años al frente de la RSME?
F. M.- Mis misiones esenciales en la Presidencia de la RSME fueron conformar un equipo de Gobierno comprometido con un plan de trabajo asentado en acciones de género, generacional, un incremento de la presencia de RSME en las diferentes comunidades autónomas, la difusión en la sociedad a través de apuestas por la divulgación matemática y su conceptualización como elemento cultural en la formación de una conciencia ciudadana crítica, la interlocución con ministerios, partidos o sindicatos, la conexión con fundaciones y otras organizaciones que contribuyen a hacernos más visibles y, finalmente, la potenciación de un gabinete de comunicación que transmitiera de manera profesional nuestras tomas de posición ante diversos temas.
P.- ¿Qué legado espera haber dejado en la sociedad científica?
F. M.- Creo haber contribuido a consolidar la conciencia de comunidad científica capaz de responder a retos en los ámbitos de la docencia en todos los niveles educativos, así como en la investigación y en la proyección internacional de RSME a través de la consolidación de lazos con otras sociedades científicas en el ámbito de las matemáticas, en particular con América Latina y Europa. La satisfacción por el proceso seguido en la elaboración del Libro Blanco en cuanto a proyecto de acciones a futuro sobre la base de un diagnóstico de nuestra realidad colectiva y los retos planteados, que han constituido una de las contribuciones más relevantes de mi mandato. La potenciación de los reconocimientos académicos a través de premios en diferentes estadios de la carrera docente e investigadora y que deberíamos ampliar de manera sustancial. Las amistades forjadas no solo con las personas asociadas a la RSME sino con colegas a los que deseo vean en nuestra sociedad un elemento imprescindible para potenciar sus ideas. Por último, la excelente relación con la RSEF y la RSEQ, con cuyos presidentes hemos tejido unas complicidades que deseo resaltar así como en el seno de CEMAT con otras sociedades matemáticas (SEMA, SEIO, SCM, FESPM, SEIEM) y sociedades de otros ámbitos temáticos como informática, automática y robótica.
P.- ¿Qué espera ofrecer a la COSCE ahora que acaba de ingresar en su Junta de Gobierno?
F. M.- La COSCE es el punto de encuentro natural para la reflexión y la acción colectivas de las sociedades y organizaciones científicas de nuestro país y, por tanto, interlocutor privilegiado con las diferentes administraciones responsables de la política científica. Mi compromiso con el sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación se traduce en aportar mi conocimiento a una apasionante tarea en la que las organizaciones científicas deben actuar como un intelectual colectivo. La Ciencia como imagen e identidad de país, pero también como un elemento fundamental en la conformación de una cultura ciudadana, forma parte del ineludible compromiso social en nuestra actividad cotidiana en COSCE. La potenciación de actividades en el seno de la Vocalía del Área 2 a la par que facilitar de manera sistémica el intercambio de información entre las diferentes sociedades que la conforman forman parte del trabajo interno al que me comprometí al ser elegido.