Doble graduado en Matemáticas e Ingeniería Física en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y máster en la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Xavier Fernández-Real ha sido galardonado con el Premio José Luis Rubio de Francia en su edición de 2022. El ahora investigador de la École Polytechnique Federale de Lausanne (Suiza) recibe con honor e ilusión la más alta distinción de la RSME a matemáticos y matemáticas menores de 32 años.
Pregunta.- ¿Qué supone la concesión de este premio, después de haber recibido además el Vicent Caselles en 2021?
Xavier Fernández-Real.- Es un honor inmenso. Desde que empecé el doctorado, siempre he seguido y admirado mucho a los ganadores de cada año, y ahora me hace mucha ilusión poder ser yo uno de ellos. Los premios recibidos por parte de la comunidad matemática siempre son muy especiales, y ayudan a mantenerse motivado para seguir trabajando en el futuro.
P.- ¿Nos puedes resumir en qué consiste tu investigación?
X. F.- Mi investigación es en una rama llamada “ecuaciones en derivadas parciales” o EDPs. En concreto, estudio problemas que aparecen como modelos en física, biología o finanzas. Dentro de las EDPs, algunos de los problemas más recurrentes en mi investigación son los llamados “problemas de frontera libre”. En estos problemas típicamente hay una magnitud que puede tener dos (o más) comportamientos diferentes dependiendo de su valor, creando una separación de un medio entre las zonas con distintos comportamientos. A priori, no sabemos cómo es esta zona, o cómo evoluciona, y estamos interesados en entender sus propiedades. Algunos ejemplos podrían ser el hielo cuando se funde en agua (una sustancia, dos comportamientos) crea una frontera libre entre la zona sólida y líquida; decidir si una opción de compra en finanzas se debe ejercer o no (una magnitud, el valor de la opción, tiene dos comportamientos: es favorable ejercer la opción o no); o entender la zona por la que una membrana celular deja pasar líquido o no, dependiendo del valor de la presión del líquido en cada punto de la membrana, etc.
P.- ¿Cómo ha influido en tu trayectoria la colaboración con matemáticos como Alessio Figalli, Xavier Ros Oton y Joaquim Serra? ¿Y cómo llegaste a ella…?
X. F.- La colaboración con ellos ha sido absolutamente esencial en mi carrera. He tenido mucha suerte, y he intentado beneficiarme tanto como he podido de esta oportunidad única. Han sido claros referentes académicos y personales, y sigo disfrutando mucho de la colaboración con ellos. Como todo, en dicha colaboración ha influido un poco la suerte. Con Alessio tuve la oportunidad de hacer el doctorado, y así lo hice. Era un momento en el que tenía que decidir entre varias opciones, y al final lo que más influenció mi decisión fue el trato personal con él. Con Xavier y Joaquim, mi colaboración empezó básicamente durante el doctorado, mientras ellos eran postdocs (aunque con Xavier ya habíamos trabajado durante mi fin de grado, cuando él terminaba su doctorado). Desde entonces, la colaboración se ha mantenido, ¡y sigo aprendiendo mucho!
P.- ¿Qué es lo que más satisfacción te produce en tu trabajo?
X. F.- Entender por qué algo funciona. Ese “click” difícil de explicar, ese momento en el que todo cuadra de repente, y todo se convierte en “trivial”. Entender la esencia de un problema, desmontarlo para ver qué lo hace especial y poder comprender finalmente aquello que no había comprendido durante meses. Y si eso se consigue hablando con alguien, todavía lo hace más especial: dos matemáticos pensando juntos avanzan como cuatro por separado.
P.- ¿Cuáles son tus próximos objetivos?
X. F.- Seguir trabajando y aprendiendo, y seguir disfrutando de las matemáticas. Cuantos más problemas afronto, más problemas aparecen que captan mi interés.
P.- ¿Qué supuso tu participación en las olimpiadas y qué mensaje lanzarías a los jóvenes que se quieren dedicar a las matemáticas?
X. F.- Las olimpiadas fueron, en su momento, un desafío personal que me ayudó a tener clara mi vocación, y que me motivó mucho a seguir trabajando. Me lo pasé muy bien, conocí a mucha gente interesante, y, sobre todo, aprendí muchísimo. En las olimpiadas hay muchos profesores muy vocacionales con ganas de enseñar matemáticas, y esto se transmite a los estudiantes. Y como mensaje a los jóvenes, les diría que es muy fácil aprovechar los recursos de las olimpiadas, y que no hace falta participar en ellas para hacerlo. Si bien yo me lo pasé muy bien, hay mucha gente a la que no le gusta «competir» y no por esto es menos válida. La vida de un/a matemático/a es diferente a la resolución de problemas de olimpiadas: a veces puedes pasar meses o incluso años pensando en un problema. Mi consejo sería pues de intentar aprovechar al máximo los recursos a su disposición, y nunca dejar de intentar algo por miedo.