Organizada por la RSME y la FESPM, la XIII Escuela de Educación Matemática Miguel de Guzmán arrancó este jueves 6 de julio en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidade de Santiago de Compostela, donde se desarrolla hasta mañana día 8 bajo el título “La igualdad y la inclusión son símbolos matemáticos”. La inauguración corrió a cargo del presidente de la FESPM, Julio Rodríguez Taboada; la decana de Matemáticas de la USC, Elena Vázquez Cendón, y la vicepresidenta primera de la RSME, Victoria Otero Espinar, que fue la encargada de dar la bienvenida en nombre de la sociedad científica a esta nueva edición de una escuela que, como recordó, “regresa a Galicia, lugar que la vio nacer hace ya 18 años”.
Victoria Otero rememoró también cómo la RSME quiso recoger el legado del profesor Miguel de Guzmán con una actividad anual (bienal desde 2010) de formación en materia de educación matemática que implicase a alguna organización de profesores en la materia. La colaboración que nació en 2005 a través de la Asociación Gallega de Profesores de Educación Matemática (Agapema), pasó en 2008 a la Sociedad Madrileña de Profesores de Matemáticas “Emma Castelnuovo” y, finalmente, a la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM).
La vicepresidenta consideró muy oportuna la elección de la temática de este año, con la que se pretende “analizar la situación de la educación matemática desde la perspectiva de la inclusión y dar respuesta a preguntas como si es posible diseñar propuestas matemáticas que atiendan por igual y permitan desarrollar las capacidades y el talento matemático de todo el alumnado, qué características deben de tener esas propuestas o actividades, qué formación adicional precisa el profesorado o qué recursos se necesitan para que sea viable en todos los centros educativos”.
Un total de 60 docentes de todas las comunidades autónomas y todos los niveles educativos participan en esta edición, que cuenta con un programa de conferencias, talleres, una mesa redonda y una ruta matemática por Santiago de Compostela. “Espero que esta actividad nos haga reflexionar, tomar conciencia plena del reto al que nos enfrentamos: crear situaciones para un aprendizaje inclusivo que se ponga en práctica en el aula, y transmitir al docente y al futuro docente la necesidad de hacer un aula más inclusiva”, aseguró Otero Espinar, quien consideró que, para ello, “se hacen necesarias nuevas formas de enseñanza y aprendizaje que tengan en cuenta al actual alumnado de los centros educativos, sujeto a diferencias sociales, de género; con capacidades, motivaciones, estilos de aprendizaje distintos, y diferencias en las vivencias escolares que favorecen o dificultan el aprendizaje y la participación del alumnado en el proceso educativo”.