Una vez más, aprovechamos este número del Boletín de la RSME, el primero del 2024 recién estrenado, para resumir brevemente las fechas importantes de este curso olímpico, el de la sexagésima edición de la Olimpiada Matemática Española.
Son ya muchos los rincones de nuestra geografía en los que desde el mes de noviembre se viene celebrando, con gran éxito y número de participantes en aumento, lo que podemos llamar “fase cero” de la Olimpiada: citemos como ejemplo el de la Comunidad de Madrid, el Concurso de Otoño que desde Sevilla se ha ido extendiendo a otras ciudades andaluzas, o los que se realizan en Castilla y León. Han nacido con el objetivo de abrir la olimpiada a muchos más estudiantes, también a los más jóvenes, para los que pueden servir como primera aproximación a la resolución de problemas, y como “aperitivo” para otras posibles rondas selectivas que confluyen ya en el inicio anual oficial de la OME: las fases locales.
En esta ocasión, las fechas previstas son las del fin de semana del viernes 20 y/o sábado 21 de enero, en dos sesiones –que pueden ser en la mañana y tarde del viernes o en la tarde del viernes y el sábado por la mañana– en las que los concursantes se enfrentan a tres problemas en cada una, durante un máximo de tres horas.
Desde la Comisión de Olimpiadas se preparan los nueve problemas que se necesitan, pero los tribunales locales pueden, si lo consideran oportuno, modificar estas propuestas sustituyendo algún problema, o añadiendo, o suprimiendo alguno de ellos.
Los problemas de los últimos años pueden encontrarse, con sus soluciones, en la página web de la Olimpiada. Siguen a continuación, durante el mes de febrero y en las comunidades autónomas en las que hace falta reducir el número de premiados (máximo de tres por cada universidad pública) al de participantes en la fase nacional las fases autonómicas de la OME, y como ya viene siendo habitual, el Barcelona Tech Math Contest, del que es creador, coordinador y organizador José Luis Díaz Barrero. Se acude por invitación y una vez más servirá, el 15 de febrero, para que se encuentren por primera vez en la UPC algunos de los primeros clasificados en las fases locales.
El de marzo es el mes de la fase nacional, que en 2024 será en Calatayud, entre el jueves 14 y el domingo 17. De nuevo, seis problemas, más difíciles que los de la fase local, en dos sesiones que servirán para elegir, entre los 77 candidatos, nuestro nuevo equipo olímpico.
A sus seis integrantes –ganadores de medalla de oro– se suman doce ganadores de medalla de plata y dieciocho de medalla de bronce. Un total de 36 premiados, algo menos del 50 % usual en las competiciones internacionales.
La primera será la olimpiada femenina europea, EGMO por sus siglas en inglés (European girls’ Mathematical Olympiad), en la que desde 2016 participan equipos femeninos españoles. En 2024, EGMO celebra su decimotercera edición. Será en Tskaltubo, Georgia, en la semana del 11 al 17 de abril, y ya se puede consultar aquí el programa.
Pero el calendario internacional exige conocer los datos de los equipos a finales de febrero, lo que nos ha impedido utilizar la fase nacional como medio para seleccionar a nuestro equipo EGMO, de modo que esta selección se ha venido haciendo gracias a la generosidad de la UPC en Barcelona, en el Math Contest.
La gran novedad de este curso es que podremos celebrar, en Las Rozas de Madrid, la primera Olimpiada Femenina Española de Matemáticas, reuniendo a un pequeño grupo de las chicas que hayan tenido, a juicio de los correspondientes delegados, una actuación destacada en la fase local. Será en los días 29 de febrero, 1 y 2 de marzo, y esperamos que sea un gran éxito y que pueda servir de estímulo a muchas jóvenes prometedoras matemáticas.
Con el verano llega al Olimpiada Internacional. La guerra de Ucrania impide que pueda celebrarse allí como estaba previsto inicialmente, de modo que vuelve con un corto intervalo de cinco años a Bath, Reino Unido. Será entre los días 11 y 21 de julio, y ya está en marcha su página oficial.
Y queda la Olimpiada Iberoamericana. Si todo sale bien, será en La Paz, Bolivia, en algún momento del mes de septiembre. Conseguir la financiación necesaria para organizar un evento de este tipo es sumamente difícil para cualquiera de los países iberoamericanos; que se haya podido realizar sin ninguna interrupción es casi un milagro. Un milagro que esperamos se materialice de nuevo en este año, pues no disponemos de ninguna alternativa.
A todos los participantes de esta nueva edición de la olimpiada –60 OME, 13 EGMO, 65 IMO, 39 Ibero– les deseamos que disfruten con estas actividades, al tiempo que les recordamos que el premio Ricardo Pérez Marco aún sigue esperando a que alguien lo recoja.