El pasado 30 de enero apareció un artículo en la revista Science sobre cómo, en los últimos años, las mafias de citas encumbran de forma fraudulenta a algunos matemáticos, y por tanto a las universidades a las que pertenecen, para escalar en los rankings; ascenso que puede traducirse en decenas de millones de dólares para dichas instituciones. Aquí puede leerse el artículo completo. En dicho estudio se recogen datos sorprendentes. Por ejemplo: entre 2008 y 2010, instituciones de indudable prestigio como la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), y la Universidad de Princeton, produjeron el mayor número de artículos en matemáticas con un altísimo número de citas, concretamente, 28 y 27, respectivamente; podemos imaginar, sin temor a equivocarnos, que medallas Field o premios Abel se encuentran entre los autores de esos excelentes trabajos. Sin embargo, entre 2021 y 2023, instituciones con un casi inexistente reconocimiento o tradición en matemáticas (fundamentalmente de China, Arabia Saudí o Egipto, algunas de las cuales no parecen tener, para mayor escarnio de la situación, departamentos de matemáticas) las han superado ampliamente, desplazando a estas insignes universidades a puestos inferiores. En palabras de Helge Holden, presidente del comité del Premio Abel, “tenemos un número de investigadores intentando aumentar sus citas artificialmente, de una forma que no refleja en absoluto su calidad científica. Algo que sólo podemos condenar … La conclusión es que el sistema de citas no es una buena medida de la calidad científica”.
La gravedad de esta mala praxis ha supuesto, además del evidente desprestigio que ello entraña para la investigación en matemáticas, una consecuencia que conlleva un gran perjuicio para nuestro ámbito: en respuesta a tales prácticas, la empresa editorial Clarivate ha excluido en su totalidad el campo de las matemáticas de la última edición de su influyente lista de autores con mayor número de citas, publicada en noviembre de 2023.
Con total seguridad no nos equivocaremos si afirmamos que en otras disciplinas científicas está ocurriendo lo mismo, aunque quizá las matemáticas son más vulnerables a esta manipulación por ser un campo más pequeño.
Desde la Real Sociedad Matemática Española condenamos sin paliativos estas prácticas fraudulentas, pues nos desprestigian y dañan a todos. Pero queremos romper una lanza en favor de nuestra comunidad, ya que son muchos más los matemáticos que trabajan con honradez y esfuerzo, haciendo investigación de verdadera calidad, y que al final se ven perjudicados al no entrar en este juego macabro en el que la ciencia se ha visto inmersa estos años: la publicación sin control en revistas depredadoras; las mafias de citas; la “compra”, por parte de esas instituciones sin escrúpulos, de científicos “muy prolíficos” para que cambien su filiación en su beneficio…
En los últimos meses, la Real Sociedad Matemática Española está llevando a cabo diversas acciones para poner de manifiesto su apoyo sin fisuras a la investigación seria y de calidad, estando en el centro de su preocupación el futuro de los jóvenes. El pasado mes de abril la RSME hizo pública una declaración institucional sobre la evaluación de las publicaciones en el área de matemáticas, donde se incidía precisamente en la problemática de considerar el “número de citas” como indicio de calidad. Además, en el último congreso Bienal celebrado en Pamplona del 22 al 26 de enero, se organizó una mesa redonda titulada “Presente y futuro de los criterios de evaluación de la investigación en matemáticas”. El objetivo de la misma fue fomentar el debate sobre las diversas prácticas fraudulentas de publicación que son alimentadas por el sistema de evaluación actual. Esto afecta de forma evidente a nuestros jóvenes investigadores, y por ello su participación en la mesa fue fundamental. La mesa contó con la intervención de reconocidos matemáticos y matemáticas, que comprenden además cómo funciona el sistema de evaluación, las carencias que presenta y las posibles formas de mejorarlo: Elisenda Feliú, catedrática de la Universidad de Copenhague y miembro del panel de matemáticas de la AEI, Joaquim Ortega-Cerdá, catedrático de la Universitat de Barcelona y editor de la Revista Matemática Iberoamericana, Alberto Rodríguez Vázquez, investigador posdoctoral en KU Leuven, Luz Roncal, investigadora Ramón y Cajal en el BCAM y Lola Ugarte, catedrática de la Universidad Pública de Navarra. El debate dejó patente la gravedad del problema al que nos enfrentamos, y cómo los jóvenes que comienzan su carrera se ven seriamente afectados, pues están abocados, en mayor o menor medida, a entrar en un juego que una gran mayoría rechaza, pero del cual depende su futuro. Es evidente que, sin un compromiso serio por parte de las instituciones, no se podrá resolver esta situación.