Por Rodrigo Trujillo González
Este artículo pretende ser una breve guía para aquellos que acaban de graduarse en Matemáticas, o estén en sus últimos cursos, y buscan orientar su carrera profesional. Distribuirlo entre este alumnado puede ser de ayuda para el análisis de vocaciones. Desde RSME pretendemos continuar en el futuro con estas estrategias de orientación, en un mercado laboral cambiante que suele apabullar a nuestros jóvenes titulados y sus familias.
Elegir un camino profesional no es una decisión sencilla, y más aún en un campo como las Matemáticas, donde las posibilidades son diversas y variadas. Ofrecemos una breve visión general de las tres principales salidas profesionales que tienen a su disposición: la educación, la investigación y el sector privado. Nos centramos en los aspectos más actitudinales y las competencias transversales más relevantes.
Investigación: Excelencia y dedicación
La investigación en Matemáticas está enormemente vinculada al sector público en España. El primer referente es la universidad, pero hay también centros de investigación y empresas de I+D+i donde hay oferta laboral que no tiene relación con la docencia. En todos los casos, el camino empieza en el mismo sitio: tener un doctorado.
Para obtener un doctorado hay que cursar un Máster oficial orientado a la investigación, y después ser admitido en un programa de doctorado para realizar la Tesis Doctoral. El plan se hace para tres años, aunque la ley permite completarlo en cuatro.
Tener financiación que pague al doctorando estos años de formación obliga a pasar por procesos competitivos (nacionales, autonómicos o de las propias universidades), y aquí aparece la importancia del expediente académico del candidato o candidata. Si no se ha conseguido demostrar un alto rendimiento, las circunstancias de partida pueden hacer muy complicado acceder a la financiación mínima para atender, a tiempo completo, los altos niveles de dedicación que requiere obtener resultados originales.
La investigación, en cualquier materia, es posiblemente de los procesos intelectuales más satisfactorios que existen, pero también de los más exigentes. Hay que ser capaz de generar conocimiento nuevo, validarlo por los métodos científicos establecidos (publicaciones, congresos, conferencias, etc) y buscar financiación que permita realizarla (contratos predoctorales, proyectos, ayudas para congresos, etc). La integración en grupos de investigación consolidados es fundamental para iniciar una carrera profesional.
Todo esto nos dirige a la excelencia y la alta dedicación, muchas jornadas de estudio de todo lo relacionado con el área de especialización, que llevan a la profundización en problemas no resueltos, buscando la creatividad necesaria para plantear nuevas estrategias de resolución, para intentar llegar al nuevo resultado original, su validación y difusión. Un viaje apasionante.
Educación: Vocación y pasión
La aparición de nuevos nichos profesionales ha definido mucho mejor el perfil profesional de los matemáticos: ¡la educación ya no es la única salida!
Nuestro mensaje es directo: a la educación debe dedicarse quien le guste, y conozca bien lo que deberá atender y comprender de esta profesión. Su importancia social, su impacto en el futuro de miles de jóvenes, las condiciones laborales, la necesidad de trabajar en equipo, las exigencias intelectuales y emocionales, entre muchos otros aspectos, son dimensiones que sólo pueden ser abordadas desde la vocación y la pasión.
Para poder enseñar en secundaria debe realizarse el Máster profesionalizante de Formación del Profesorado. Su acceso es muy demandado y las calificaciones de grado afectan enormemente a poder conseguir plaza, principalmente en las universidades públicas. Una vez completado el máster, los graduados en matemáticas suelen acceder muy rápidamente al sistema educativo por medio de las listas de sustituciones de cada comunidad autónoma. La estabilización se consigue por medio de las oposiciones de funcionarios al cuerpo de profesores de secundaria. Hasta aquí creo que es algo que nuestros graduados conocen bien.
No obstante, deben tener en cuenta que la educación es muy dinámica. De forma general, la educación se empapa de los cambios en las familias, la sociedad, las condiciones (leyes y crisis de todo tipo incluidas), y de aquí, cambian los actores (alumnado y profesorado). Por estas razones, nos reforzamos en destacar que sin vocación y ni pasión por la educación, difícilmente se podrá construir una carrera profesional plena y satisfactoria. Es una profesión apasionante y muy enriquecedora, si se sabe disfrutar y gestionar.
Las dificultades de la educación no pueden ser la causa del desánimo, sino el estímulo para el profesional. La sociedad necesita magníficos educadores (¡ojo! no decimos docentes, esto va más allá de simplemente dar clases), excelentes orientadores y referentes para las jóvenes generaciones en materia de conocimiento y dedicación. Los matemáticos tenemos un papel fundamental, potenciar vocaciones (STEM), entrenar competencias fundamentales (creatividad, capacidad de análisis, espíritu crítico, reflexión, …) y ayudar a entender mejor el mundo que nos rodea (datos, inteligencia artificial, cambio climático, …). Sin educación ni buenos educadores no hay futuro, la responsabilidad es enorme.
Sector privado: Versatilidad y flexibilidad
Ya es bien sabido para todos: los matemáticos son muy bien valorados en muchos ámbitos laborales del sector privado (consultoría, banca, tecnología,..). Lo principal es tener claro por qué nos van a seleccionar, frente a otros titulados: una sólida base en matemáticas básicas (propias del grado), conocimiento de áreas específicas de las matemáticas (adquiridas en los estudios de máster o doctorado) y habilidades tecnológicas (Python, R, SQL, IA, etc).
No obstante, queremos en esta breve nota destacar habilidades que usualmente no se perciben como tan relevantes, pero que son las que determinan si encajamos o no en estos ámbitos y, lo que es más importante, nos permite mejorar y desarrollar una carrera profesional satisfactoria. Nos referimos a competencias más transversales, que hemos resumido en el título como de versatilidad y flexibilidad:
- Capacidad para comunicar ideas (matemáticas y de cualquier ámbito) a audiencias técnicas y no técnicas.
- Habilidad para trabajar en equipo.
- Buenas habilidades interpersonales.
- Capacidad de aprendizaje continuo.
- Capacidad de adaptación a los cambios.
- Gestión de estrés y escenarios de alta exigencia.
Estas competencias no son exclusivas de estos ámbitos profesionales, son imprescindibles en todos los desempeños profesionales con un mínimo de responsabilidades e interacción con usuarios. No se adquieren en un curso, se consolidan con la experiencia y la dedicación, pero hay que tener actitud y ciertas bases personales sólidas (confianza, autoestima, capacidad de esfuerzo, tenacidad, etc).
Los estudios de matemáticas son un buen campo de entrenamiento para todo esto, aunque siempre hay que poner mucho más de nuestra parte. Como para todo en esta vida.