Las Medallas de la RSME 2024 han reconocido este año la trayectoria y contribuciones de Alfredo Bermúdez de Castro, Clara Grima y Eugenio Hernández. Hablamos con ellos de sus experiencias y de lo que ha supuesto esta especial distinción por parte de la comunidad matemática.
“Ha sido una sorpresa inesperada recibir este galardón concedido por la RSME. Lo asumo como un reconocimiento de la comunidad matemática española a mis actividades durante mi actividad profesional”, asegura Eugenio Hernández, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid con dilatada actividad profesional en la que “una de las mayores satisfacciones que he encontrado ha sido haber conocido y trabajado, tanto en España como en otros países, a personas con las que he compartido mi pasión por las matemáticas”.
Pregunta.- El jurado ha destacado su dedicación a la enseñanza y su especial implicación en la Educación Secundaria. ¿Cómo ha sido su experiencia en este campo y cómo valora la situación actual de la formación del profesorado de matemáticas?
Eugenio Hernández.- He colaborado en la redacción de dos libros para estudiantes de bachillerato, he impartido muchas conferencias en centros de enseñanza secundaria y he organizado cursos para formación de los profesores de esta etapa. Siempre ha sido un placer compartir con ellos, tanto alumnos como profesores, la belleza de las demostraciones matemáticas. La regulación actual sobre la formación de los profesores de secundaria, que requiere la finalización de un grado universitario y un máster con prácticas, me parece adecuada. Nos encontramos con un problema: los estudiantes actuales de matemáticas están más interesados en trabajar en empresas que en dedicarse a la enseñanza. Esto hace que accedan a impartir clases de matemáticas graduados en otras disciplinas, en algunos casos bastante alejadas de las matemáticas. Si no se arregla este problema, podemos encontrarnos en el futuro con un deterioro de la calidad de la enseñanza de las matemáticas en niveles preuniversitarios.
P.- ¿Cómo recuerda los comienzos del proyecto ESTALMAT? ¿Esperaba alcanzar la expansión y el impacto que tiene en la actualidad?
E. H.-El proyecto ESTALMAT fue una iniciativa del profesor Miguel de Guzmán Ozamiz. En 1995, en una reunión informal en su casa, me comentó la idea de poner en marcha un proyecto de estímulo del talento matemático para jóvenes. Finalmente logró iniciarlo en 1998 en la Comunidad de Madrid, auspiciado por la Real Academia de Ciencias Exactas, Física y Naturales de España. Era su ilusión que se extendiera a otras comunidades. Su sueño, que se vio truncado con su fallecimiento en el año 2004, es lo que hemos logrado las personas que hemos trabajado en este proyecto, consiguiendo que actualmente se realice ESTALMAT en 11 comunidades autónomas y tres regiones en Ecuador.
P.- ¿Cree que el proyecto ESTALMAT goza de la consideración, el reconocimiento y el apoyo que merece?
E. H.- ESTALMAT es un programa bien conocido en los ámbitos matemáticos en España y en otras partes del mundo, así como necesario para la sociedad. Permite que el talento científico de algunos de nuestros jóvenes florezca, en lugar de malograrse por la falta de atención que requieren. El apoyo de las instituciones y de las empresas no siempre ha sido el que hubiéramos deseado. En los 10 primeros años de vida de ESTALMAT, la Fundación Vodafone España financió este proyecto. Las universidades y algunos centros de secundaria nos prestan una inestimable colaboración dejándonos sus aulas para impartir las clases. En los últimos 15 años no hemos conseguido el apoyo financiero estable que el programa requiere.
P.- ¿Le preocupa que haya menos matemáticos y matemáticas dispuestos a dedicarse a la formación y la docencia? ¿Qué consejo o mensaje le daría a alguien que estuviera dudando entre la educación, la investigación o la empresa?
E. H.- Es preocupante la situación actual por la falta de graduados que vean en la enseñanza de las matemáticas una salida profesional digna. Más que un consejo a los estudiantes aconsejaría a los gobernantes que buscaran recursos que hiciera más atractiva para nuestros excelentes graduados en matemáticas su dedicación a la enseñanza.