El 9º Congreso Europeo de Matemáticas tuvo lugar en Sevilla del 15 al 19 de julio. En esta nota queremos comentar la participación de las mujeres y varias actividades que tuvieron como objetivo debatir el papel de las mujeres en nuestra comunidad.

El domingo 14 de julio, la asociación European Women in Mathematics, que reúne a la comunidad de mujeres matemáticas europeas, organizó una jornada en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla, con el apoyo de la Comisión Mujeres y Matemáticas de la RSME. Al evento asistieron más de 60 personas, en su mayoría mujeres y estudiantes de grado y máster de España que participaban como voluntarias en el Congreso Europeo de Matemáticas. La jornada incluyó cinco charlas a cargo de matemáticas en diferentes etapas de sus carreras y de diversas áreas, seguidas de una mesa redonda. La EWM siempre organiza una jornada de este tipo en los congresos europeos de matemáticas, intercalándola a los dos años con un congreso propio.

Las ponentes fueron Tara Brendle, Elena Gaburro, Jessica Fintzen, Chiara Saffirio y Mura Yakerson, quienes compartieron tanto su experiencia académica y laboral como aspectos divulgativos de su trabajo. Las charlas reflejaron la diversidad de enfoques válidos en la profesión. Jessica Fintzen, por ejemplo, ofreció consejos que le habían sido útiles, como no compararse con los demás, sino consigo misma en el pasado, superar la frustración y no dejarse intimidar por críticas negativas. Mura Yakerson resaltó la importancia de la colaboración y de consultar a expertos cuando se enfrenta a lo desconocido. Tara Brendle habló de cómo sus inicios en una pequeña universidad y su proactividad en participar en eventos fueron clave para su desarrollo profesional. Elena Gaburro destacó la importancia de los programas de financiación europea en su carrera, y Chiara Saffirio compartió cómo la maternidad transformó su vida, tanto de manera desafiante como positiva, animando a las asistentes a tomar decisiones sobre su maternidad sin dejarse influir por la opinión de otros colegas.

Durante la sesión de la tarde, algunas cuestiones previamente discutidas volvieron a surgir, destacando especialmente las intervenciones de Mura Yakerson, quien dirige el canal de YouTube “MathLife Balance,” donde realiza «entrevistas no profesionales a profesionales de las matemáticas.» Una estudiante, que estaba indecisa sobre comenzar su tesis, preguntó a las ponentes cuántas horas trabajaban al día, lo que reveló una gran diversidad de experiencias: desde trabajar de sol a sol, trabajar menos, pero de manera más eficiente, separar claramente el tiempo de trabajo del personal y familiar, hasta trabajar solo cuando se está motivada, sin culpa por los momentos de descanso. También se debatió sobre qué se considera trabajo y el excesivo énfasis en la productividad científica en la comunidad matemática. Las mujeres en comités científicos y en roles de representación compartieron que para ellas es importante realizar este trabajo porque les da la posibilidad de marcar diferencias que se alineen con sus valores. Además, se abordó la necesidad de hablar sobre el acoso laboral y de saber que no se está sola en esas situaciones. Fue una sesión muy enriquecedora, donde muchas estudiantes españolas tuvieron la oportunidad de aprender sobre la filosofía de trabajo de matemáticas de primer nivel, además de disfrutar de una visita cultural y una cena.

La EWM también organizó un panel de discusión dentro del propio congreso, en el que participaron Tara Brendle (vicepresidenta de la Edinburgh Mathematical Society), Eva Gallardo Gutiérrez (presidenta de la Real Sociedad Española de Matemáticas) y María Teresa González Cerverón (representante del European Research Council). Esta última se centró principalmente en hacer saber cuáles eran las medidas de paridad que se incluían en los procesos de selección para mujeres, incluyendo no sólo tiempo extra por maternidad sino también teniendo en cuenta el cuidado de personas dependientes. Un tema central en el panel fue la cuestión de la participación de mujeres en los comités de selección, ya que muchas sienten que hacen un trabajo que no está reconocido en mayor cantidad que sus pares varones. Se habló de una representación que fuera en correspondencia con el número de mujeres en la comunidad, pero también de que los estudios demostraron que cuando los paneles eran paritarios, más mujeres resultaban seleccionadas. Tara Brendle, con una gran experiencia en este sentido, habló sobre la necesidad de debatir qué habilidades son las que definen a una persona candidata para un puesto en particular, ya que no todas las personas que integran un panel tienen la misma idea: publicaciones, pero también habilidad para la colaboración, aptitudes de docencia, implicación en la vida universitaria, iniciativa a la hora de hacer propuestas de actividades. Se debatió a su vez sobre diferentes sistemas a la hora de otorgar contratos de manera justa. Por ejemplo, normalmente todos los miembros de un comité están de acuerdo en quiénes tienen de sobra los requisitos y deberían estar fuera y quiénes deberían estar dentro, pero es en las áreas grises en las que más entran en juego los sesgos y los prejuicios. Una solución es sortear los contratos entre las personas del área gris con aptitudes similares.

También se presentó la exposición de la EWM: Celebrating and Supporting Women in Mathematics. Esta exposición consistía en diferentes pósteres, cada uno con la foto de una mujer y citas sobre sus orígenes, su investigación y su visión de las matemáticas. Con el afán de que las visitantes tengan una gran variedad de mujeres con las que poder identificarse, la exposición trata de ser lo más diversa posible en todos los aspectos: edad, etnia, nacionalidad y nivel de reconocimiento. La comisaria de la exposición explicó cómo este último aspecto les impidió conseguir financiación y diferentes ayudas. El hecho de que haya instituciones que sólo quieran darles visibilidad a mujeres matemáticas en el top de la investigación parece que acaba siendo contraproducente para la inclusión de las mujeres en nuestra comunidad.

Valoramos que cuatro de los diez premios otorgados por la European Mathematical Society hayan sido destinados a mujeres: Jessica Fintzen, Nina Holden, Cristiana de Filippis y Maria Colombo.

Dos de ellas nos pudieron acudir presencialmente debido a su reciente maternidad, pero afortunadamente pudieron realizar sus “prize talks” en remoto. Este reconocimiento confirma que las mujeres en nuestra comunidad son igual de excelentes que sus pares masculinos. Sin embargo, esto no refleja el porcentaje general de mujeres en el ámbito matemático, lo que apoya la teoría de que las investigadoras excepcionales logran permanecer, mientras que la mayor disparidad de género se encuentra en las áreas medias, que constituyen la mayoría de la comunidad matemática. Asimismo, en las charlas plenarias las mujeres representan el 30 % (cifra similar a los dos últimos congresos europeos).

Destacamos unas declaraciones que hizo Barbara Fantechi, miembro del comité científico del congreso, a los encargos de las hojas informativas del 9ECM, al hablar sobre por qué todavía no se alcanza la paridad en los congresos: “Sigue siendo difícil. Los comités de selección, por supuesto, están influenciados por los miembros más experimentados. Cuando uno de ellos declara que una mujer en particular «no es lo suficientemente buena» o «es demasiado joven» y pasa al siguiente nombre, es muy difícil oponerse”.