El profesor Joaquín Pérez Muñoz, catedrático en el departamento de Geometría y Topología de la Universidad de Granada y Director Científico de la Unidad María de Maeztu del IMAG, ha sido nombrado presidente del jurado del Premio José Luis Rubio de Francia, un galardón que desde 2004 reconoce el trabajo de jóvenes investigadores en España y en cuya lista de premiados figuran algunos de los matemáticos y matemáticas de mayor prestigio y proyección en nuestro país.
Pregunta.- ¿Qué representa el Premio José Luis Rubio de Francia?
Joaquín Pérez. – El Premio José Luis Rubio de Francia es uno de los galardones más prestigiosos en el ámbito de las matemáticas en España, dirigido a jóvenes matemáticos y matemáticas que hayan demostrado un gran potencial en sus primeros años de carrera investigadora realizados en España. Es un reconocimiento al talento emergente y a las contribuciones significativas a este campo, destacando investigaciones innovadoras, de gran impacto y realizadas en solitario o colaborando con otros matemáticos, pero dando muestras de autonomía y liderazgo. Además, el premio tiene un fuerte componente motivacional, ya que sirve como trampolín para una mayor visibilidad tanto a nivel nacional como internacional, y rinde homenaje al legado del renombrado matemático aragonés José Luis Rubio de Francia.
P.- ¿Cuáles son los criterios o cualidades que más pesan a la hora de elegir a los premiados?
J. P.- A la hora de seleccionar a las personas premiadas se valoran principalmente la originalidad, la relevancia y el impacto de sus investigaciones, así como la calidad técnica y rigor de su trabajo. Se toma en cuenta no solo el contenido matemático, sino también la capacidad de la persona candidata para abrir nuevas líneas de investigación y aportar soluciones originales a problemas relevantes en su campo. Se prima la calidad por encima de la cantidad. Además, el jurado considera el potencial a futuro de la persona que opta al premio, es decir, su capacidad para seguir contribuyendo de manera destacada e independiente al desarrollo de la disciplina. Estos factores garantizan que las personas premiadas sean matemáticos y matemáticas con una trayectoria muy prometedora.
P.- ¿Cuál es su visión sobre el nivel de los candidatos a lo largo de los últimos años?
J. P.- El nivel en los últimos años ha sido excepcionalmente alto, lo que refleja el creciente dinamismo y competitividad de la investigación matemática en España, y su interconexión creciente con colegas de otros países. Cada vez se presentan investigadores e investigadoras más jóvenes con currículums impresionantes, que muestran no solo un profundo dominio técnico, sino también una gran capacidad para colaborar en equipos internacionales y realizar aportaciones de alto impacto en diversas áreas de las matemáticas. Esto también habla muy positivamente del fortalecimiento de las instituciones educativas y de investigación en nuestro país, que están formando a una nueva generación de investigadores brillantes, y del creciente grado de internacionalización de nuestros centros de investigación y universidades.
P.- ¿Qué supone para un matemático o matemática recibir este reconocimiento?
J. P.- Recibir el Premio José Luis Rubio de Francia supone un hito en la carrera de cualquier joven matemático o matemática. Es un reconocimiento a nivel nacional que otorga un sello de excelencia a nivel personal y abre muchas puertas en el mundo académico y científico, también en el ámbito internacional. Para las personas galardonadas significa una mayor proyección internacional, facilitando tanto la obtención de puestos de investigación en centros de gran nivel como las colaboraciones con otros investigadores de renombre. También es una ayuda importante a la hora de acceder a proyectos de investigación ambiciosos. Además, este tipo de distinción contribuye a aumentar la confianza de nuestras jóvenes promesas en sí mismas y a consolidar su reputación dentro de la comunidad matemática internacional.
P.- ¿Qué destacaría de las trayectorias académicas e investigadoras después de ser premiados?
J. P.- En general, las personas galardonadas con el Premio José Luis Rubio de Francia han seguido trayectorias impresionantes, muchas de ellas ocupan puestos de relevancia en universidades y centros de investigación de primer nivel, tanto en España como en el extranjero. Estas carreras investigadoras suelen continuar siendo prolíficas, con publicaciones en revistas de alto impacto y contribuciones significativas a sus áreas de especialización. En muchos casos, el premio actúa como catalizador de nuevas oportunidades y desafíos, ayudando a los premiados a liderar proyectos importantes y a consolidarse como referentes en el mundo matemático internacional.
P.- En los últimos años se ha apreciado también una mayor presencia de mujeres galardonadas. ¿Qué factores han contribuido a ello?
J. P.- El aumento de mujeres premiadas refleja un cambio positivo en la visibilidad y el reconocimiento del talento femenino en matemáticas. Factores como el fomento de políticas de igualdad en las instituciones académicas y científicas, o el esfuerzo por reducir las barreras de género garantizando cuotas mínimas de participación en órganos de decisión en diferentes organismos, siguen jugando un papel clave. Además, pienso que existe una mayor conciencia sobre la importancia de fomentar la participación y las vocaciones científicas entre niñas y jóvenes, lo que está permitiendo que más mujeres tengan oportunidades de destacar y ser reconocidas por sus logros. Este cambio es un paso importante hacia una mayor equidad, pero aún queda un largo camino por recorrer, sobre todo en etapas más avanzadas de la trayectoria académica de nuestras investigadoras, tanto en nuestro campo de las matemáticas como en otras ciencias y en la sociedad en general.