El informe TIMSS 2023 (Trends in International Mathematics and Science Study), publicado el pasado 4 de diciembre, evalúa el rendimiento en matemáticas y ciencias de estudiantes de 4.º de Primaria en más de 60 países. Los resultados de España no son sorprendentes: una ligera caída en matemáticas, de 502 a 498 puntos, acompañada de una preocupante brecha de género que requiere atención urgente y de la siempre presente correlación entre rendimiento e índice socioeconómico y cultural. Estos resultados, aunque inquietantes, deben analizarse en su contexto antes de emitir juicios apresurados y lanzarse a comentar la posición en el ranking.
A diferencia de PISA, centrado en evaluar competencias, TIMSS está más orientado a evaluar contenidos “curriculares”, de manera que los ítems están muy alineados con los materiales que se utilizan habitualmente en las aulas; es decir, los libros de texto. En el informe español se incluyen ejemplos de ítems de nivel avanzado y alto que permiten hacerse una idea de ello. Por ejemplo, un ítem de nivel alto pide identificar diferentes tipos de ángulos en una línea poligonal, mientras que otro de nivel avanzado requiere seleccionar una operación combinada para resolver un problema aritmético. Con respecto al primero, conviene señalar que es una mera actividad de identificación, con el añadido de que los ángulos rectos aparecen en una posición bastante estereotipada.
Es relevante mencionar que algunos países, como Turquía, Noruega y Sudáfrica, aplican esta evaluación en 5.º de Primaria, en lugar de 4.º. Este cambio de nivel escolar puede alterar significativamente los resultados y el lugar que un país ocupa en el ranking. En particular, el ejemplo anterior de la operación combinada seguro que saldría mejor en la muestra española si se pasase en 5.º de Primaria. Adicionalmente, factores como el número de horas dedicadas a matemáticas y las prácticas culturales y educativas también tienen un peso considerable en el rendimiento. Por ello, las comparaciones entre países deben realizarse con sumo cuidado y siempre considerando estos matices.
En matemáticas, los chicos superan en rendimiento a las chicas en todos los países que aparecen en las gráficas del informe español (véase Figura 1), y España no es la excepción. Únicamente si acudimos al informe global veremos que los países en donde las chicas obtienen mejor rendimiento que los chicos presentan contextos muy vulnerables o, directamente, educación segregada por sexos (Irán, Sudáfrica, Jordania, Baréin, Azerbaiyán).
Lo preocupante es que esta brecha, lejos de reducirse, ha aumentado con respecto a informes anteriores. Esto sugiere que algunas de las medidas actuales que buscan fomentar la participación femenina podrían no estar logrando el impacto deseado. Es crucial repensar las estrategias, prestando especial atención a la cultura de aula y a los referentes inmediatos del alumnado, que empiezan por sus docentes. El fortalecimiento de la formación específica en didáctica de las matemáticas del profesorado de matemáticas puede ser una vía efectiva para abordar esta problemática puesto que va enfocado a todo lo que tiene lugar en el aula de matemáticas.
También se observa una correlación entre el índice socioeconómico (ISEC) y el rendimiento en matemáticas. En el contexto español, las comunidades con un ISEC promedio más alto obtienen mejores resultados. Esta realidad subraya la necesidad de políticas educativas que reduzcan las desigualdades y proporcionen apoyo adicional a los contextos más desfavorecidos. De lo contrario, estas diferencias se seguirán perpetuando. Sin embargo, dentro del aula también es posible aportar en este sentido, puesto que, si la cultura de aula es inclusiva, sin depender de deberes o apoyos extraescolares, se pondrá en igualdad de condiciones a todos, al mismo tiempo que las matemáticas que se aprendan ganarán en profundidad.
Si consideramos la Educación Primaria, que es el foco del estudio TIMSS en el que ha participado España, un obstáculo estructural innegable es el sistema de especialidades en los colegios. Mientras que asignaturas como Educación Física, Música e Inglés cuentan con especialistas, materias fundamentales como Matemáticas, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales suelen estar en manos de docentes generalistas, quienes tampoco han recibido mucha mejor formación para estas materias que sus colegas especialistas. Esto supone un obstáculo para el desarrollo de una identidad profesional como docentes de matemáticas y afecta la calidad de la enseñanza. Es necesario revisar los planes de estudio de magisterio y ofrecer al profesorado en formación inicial itinerarios formativos que refuercen la didáctica específica de las matemáticas, tal y como ya apuntamos en la entrada del Boletín RSME del 4 de marzo de 2022.
Además, deben establecerse programas de desarrollo profesional para los docentes en ejercicio, que conlleven un compromiso para transformar las aulas en espacios donde se fomente el razonamiento matemático, la resolución de problemas, la comunicación y la representación. Estos planes de desarrollo profesional deberían articularse con las prácticas escolares, ya que actualmente apenas hay una coordinación entre facultades de educación y administración educativa. En este sentido, es importante tener en cuenta estos resultados ahora que se está trabajando en una propuesta de Libro Blanco que, previsiblemente, guiará futuras revisiones de los diseños de los planes de estudio de los grados de formación de maestros. En ningún caso es razonable reducir aún más la formación matemática de los futuros maestros, como nos consta ya está ocurriendo en algunas universidades públicas españolas. En efecto, en la Universidad de Alicante se ha aprobado recientemente una reducción de 6 créditos en la formación didáctico-matemática de los futuros maestros (lo que supone una reducción de más de un 30%), estas medidas son, a nuestro juicio, incomprensibles y hay que tratar de revertirlas a toda costa para garantizar un cuerpo de maestros con una formación matemática sólida y suficiente para dar respuesta a los desafíos.
Los resultados de TIMSS 2023 no son solo una fotografía del rendimiento actual, sino también una llamada a la acción. Para mejorar la educación matemática en España, es fundamental fortalecer la formación docente, transformar la cultura de aula y garantizar recursos adecuados.